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Trece soldados muertos deja nuevo atentado en el centro de Turquía

El viceprimer ministro Veysi Kaynak declaró en la televisión que el ataque de Kayseri “desgraciadamente se parece” al de la semana anterior en Estambul.

Al menos 13 soldados turcos murieron y decenas de personas resultaron heridas este sábado en un atentado suicida contra un autobús que transportaba a militares en la ciudad de Kayseri, en el centro de Turquía.

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El ministro del Interior, Suleyman Soylu, anunció que había 55 heridos, seis de ellos graves, en una declaración televisada desde el lugar del ataque. También añadió que ya se habían identificado a ocho de los fallecidos. El ejército por su parte precisó que, entre los heridos, había 48 militares.

Los militares —soldados rasos o suboficiales— habían obtenido un día de permiso para salir del cuartel e ir a un mercado, explicó el ejército en un comunicado.

«Los atentados terroristas van dirigidos, además de contra nuestros policías y militares, contra nuestros 79 millones de conciudadanos», afirmó el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en una declaración escrita enviada a los medios.

Sin mencionar de forma específica el ataque de Kayseri, el mandatario afirmó que Turquía recibe ataques de todas las organizaciones terroristas, «especialmente» del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), clasificado «organización terrorista» por Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea.

«Lucharemos sin descansar contra estas organizaciones terroristas, en un espíritu de movilización nacional», añadió.

La explosión, que ocurrió a las 08H45 (05H45 GMT), tuvo lugar una semana después del atentado que dejó 44 muertos en el centro de Estambul, reivindicado por un grupo armado kurdo.

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El viceprimer ministro Veysi Kaynak declaró en la televisión que el ataque de Kayseri «desgraciadamente se parece» al de la semana anterior en Estambul.

La bomba, colocada en un coche, fue detonada por un kamikaze cuando el autobús pasaba, confirmó el primer ministro, Binali Yildirim, sin dar más detalles.

El autobús pertenecía a la agencia de transportes municipales de Kayseri pero transportaba militares de permiso hasta un mercado local, según la agencia de prensa Dogan.

Las primeras imágenes de televisión mostraban el vehículo totalmente destrozado sacando humo.

Por el momento, no había ninguna indicación de los autores del ataque.

Kayseri es una de las principales ciudades del interior del país y un centro industrial, que no suele ser blanco de atentados.

El gobierno impuso una prohibición temporal de difundir imágenes del ataque, una medida que se aplica tras los principales incidentes de los últimos meses.

‘La maldición del terrorismo’ 

Desde el verano de 2015, con la reanudación del conflicto kurdo y los combates en Siria, Turquía ha sido víctima de una serie de atentados atribuidos al grupo Estado Islámico (EI) o al PKK y a sus grupos afiliados.

En junio, 47 personas murieron en un triple atentado suicida en el aeropuerto internacional de Atatürk de Estambul, en un atentado atribuido al EI.

En el sudeste del país, en Gaziantep, 57 personas perdieron la vida en agosto en un atentado suicida durante una boda kurda, un ataque cuya autoría también se achacó al EI.

El 10 de octubre de 2015, 103 personas fallecieron en un doble atentado suicida en la principal estación de trenes de Ankara, durante una manifestación prokurda. Esta atentado, el más mortífero perpetrado en Turquía, también se atribuyó al EI.

Por otra parte, el país se recupera de un fallido golpe de Estado el 15 de julio, que según las autoridades turcas fue orquestado por el predicador Fethullah Gülen, exiliado en Estados Unidos y que desmiente estas acusaciones.

Tras la intentona golpista, el gobierno turco lanzó una purga masiva que fue más allá de la búsqueda de los supuestos golpistas, alcanzando sectores prokurdos y medios de comunicación.

El doble atentado del 11 de diciembre en Estambul iba dirigido contra los policías que se encontraban cerca del estadio de fútbol del Besiktas. Fue reivindicado por los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK), un grupo radical vinculado al PKK.

Tras este atentado, el presidente Erdogan prometió que Ankara lucharía «hasta el final contra esta maldición que es el terrorismo».

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