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Ministro de Justicia suma nueva polémica por declaraciones durante visita a cárcel de Valparaíso

“Perdónenme las damas aquí presentes… En una institución jerarquizada como la de ustedes, las bolas del director general están puestas las 24 horas del día en la mesa del ministro de Justicia. Y el ministro de Justicia ve cuándo las corta o cuándo las mantiene. Y si el director nacional no los recibió o no los escuchó, por favor, háganmelo saber” dijo la autoridad.

Mientras aún resuenan las voces de quienes piden su renuncia por el desafortunado comentario que hizo el pasado martes en la Cámara Baja, relativo a que el centro del Sename donde murió la pequeña Lissette Villa estaba en mejores condiciones que las del internado de Talca donde y cuando él estudió, el ministro de Justicia, Jaime Campos, tuvo otro tropiezo comunicacional que da cuenta que él poco se preocupa de las formas.

Y es que en la jornada de ayer -según lo informado por radio Biobío-, cuando realizaba una visita al complejo penitenciario de Valparaíso le dio una respuesta a un grupo de funcionarios de Gendarmería que, a todas luces, buscaba asegurarles que sus requerimientos serían escuchados, pero que definitivamente sonó muy mal.

En lo específico, cuando recorría el penal un grupo de trabajadores del recinto -encabezados por el presidente de la Asociación Nacional de Suboficiales de Gendarmería (Ansog), Joe González, se le acercó al titular de la cartera de Justicia para darle cuenta de diversas irregularidades que estarían ocurriendo en esa cárcel.

Entre dichas anomalías, le informaron de prácticas antisindicales, acoso y una persecución que sufre el propio presidente de la Ansog, y que les llevó a interponer un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de Valparaíso.

Tras escuchar los reclamos, la autoridad trató de explicarles que ese no era el conducto regular para realizarlos.

Pero cuando los funcionarios de Gendarmería le dijeron que por la vía protocolar de la institución no habían tenido resultados, y que por eso le habían abordado, el ministro Jaime Campos, haciendo gala de una gran informalidad y utilizando un lenguaje en exceso coloquial, hizo otro agujero a su bote y les dijo:

“Perdónenme las damas aquí presentes… En una institución jerarquizada como la de ustedes, las bolas del director general están puestas las 24 horas del día en la mesa del ministro de Justicia. Y el ministro de Justicia ve cuándo las corta o cuándo las mantiene. Y si el director nacional no los recibió o no los escuchó, por favor, háganmelo saber”.

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