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El infinito aporte a la cultura chilena de los cuatro nuevos “Patrimonios Humanos Vivos”

La Presidenta de la República, Michelle Bachelet, entregó este miércoles el reconocimiento a los  “Tesoros Humanos Vivos” del 106, que este año destacó a dos personas y dos comunidades portadoras de manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial de alta significación para el país.

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En la actividad se destacó a Basilia Santos Escalante Escalante y  Sergio Guzmán Vallejos y a los colectivos Palomitas de Laraquete y Familia de artesanos Marilicán Lindsay.

Los «Tesoros Humanos Vivos» fueron establecidos en la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial del año 2003 de UNESCO, programa que entró en vigencia en Chile en 2009, siendo nuestro país pionero en Latinoamérica en su implementación.

El reconocimiento se otorga a través del Consejo nacional de la Cultura y Las Artes (CNCA) y desde 2009 a la fecha se han reconocido a 21 «Tesoros Humanos» colectivos y 21 individuales.  

Las regiones reconocidas este año a través de sus individuos y comunidades son Atacama, Metropolitana (1), Biobío, Los Lagos y cada uno recibe un estímulo económico que asciende $3 millones, para cada cultor/a individual y $7 millones para cada comunidad o colectivo

A esto se suma un registro audiovisual, fotográfico y etnográfico de cada «Tesoro Humano Vivo».

Los destacados del 2016

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Basilia Santos Escalante Escalante

Esta mujer de 87 años, nació en la quebrada El Asiento, en laProvincia de Chañaral y es reconocida como “matriarca” del pueblo Colla. Madre de diez hijos, debió dejar su forma de vida tradicional, empujada por la explotación minera y la emigración de sus mayores a la urbe.

El reconocimiento Tesoros Humanos Vivos le fue otorgado por su sabiduría ancestral, con la cual ha representado y liderado la resiliencia del pueblo Colla y difundido su cultura en el contexto del Desierto de Atacama; la autoridad social y espiritual que en ella reconoce su comunidad; sus saberes y prácticas asociados al telar y el floreo de animales; y por la experiencia acumulada en relación con la naturaleza, las costumbres y las ritualidades.

A ello se suma su fuerte liderazgo femenino en la defensa del territorio ancestral ante la modernidad y los embates de la minería. Cuenta con un amplio  reconocimiento comunitario, expresado en un gran número de firmas de apoyo.

Sergio Guzmán Vallejos

Este titiritero de 81 años reside en la comuna de San Bernardo y fue seleccionado parea recibir el reconocimiento «por encarnar con fidelidad la milenaria tradición popular del teatro de muñecos; por mantener viva la presencia y magia del retablillo en la escena pública; por su integralidad como titiritero, cultor de un oficio que abarca la fabricación, guion, montaje, pantomima, dramaturgia, itinerancia y formación de nuevas generaciones».

Guzmán ha contribuido además a la dignificación de un oficio popular que, de paso, alcanzó por primera vez para las Artes del Espectáculo el más alto reconocimiento que otorga el Estado de Chile a un elemento del patrimonio Cultural Inmaterial.
 
Palomitas de Laraquete

Este grupo de manipuladoras de alimentos de la Provincia de Arauco, son reconocidas por la mantención y vigencia de un patrimonio alimentario, como son las tortillas de rescoldo, que incorpora productos del mar, aportando a la localidad un sello local de inconfundible identidad.

A ello se suma su ejecución de una práctica culinaria con memoria, donde se involucran las memorias familiares, regionales y nacionales; y por la persistencia de un oficio que, a través de la organización femenina y su capacidad de autogestión, se ha adaptado a los cambios en sus plazas de comercialización, como el Ramal Ferroviario y la carretera.

Familia de artesanos Marilicán Lindsay

Este grupo familiar de la comuna de Ancud fue incorporado en la lista de «Patrimonios Humanos Vivos»por el trabajo permanente e integral que ha realizado en la cestería de la fibra vegetal de quilineja, para usos utilitarios y ornamentales.

La familia Marilicán Linsay se ha dedicado a transmitir y custodiar los saberes asociados al bosque y la “cultura de la madera” que identifica el modo de vida de la sociedad chilota,dando  valor patrimonial, artístico y ecológico a esta expresión de la técnica cestera campesina. 

Este grupo «mantiene entre sus saberes, una forma de relación con el ambiente que contribuye a preservar una materia prima en peligro de extinción, con vinculación a la sacralidad y tradición oral; por el respeto a las formas y técnicas tradicionales y por la impronta familiar de la técnica con que los cultores han aportado a esta tradición ancestral».

Estos nuevos reconocidos y todos los cultores y cultoras distinguidos desde 2009, han sido incluidos en el primer Mapa de Patrimonio Cultural que UNESCO ha realizado junto diversos servicios de Estado de Chile.

Dicho mapa busca dar realce, difusión y promoción al patrimonio cultural presente en Chile, en especial a aquel que se relaciona a las convenciones culturales y patrimoniales suscritas por nuestro Estado.

PUB/NL
 

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