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Comenzamos a despedir un año económico que ha tenido de dulce y agraz. En primer término, la cifra oficial llegará en 2017, pero todo apunta a que la economía de nuestro país se expandió un 1,5% este año, anotando así el peor desempeño productivo desde la recesión de 2009.
En materia de desempleo, las últimas cifras que dan cuenta de la situación laboral para el trimestre agosto-octubre estiman una tasa de desocupación de 6,4%, levemente superior al 6,3% que se registraba el año pasado al mismo periodo. De alguna manera la contracción de la producción no se ha transmitido profundamente al mercado laboral. Sin embargo, una revisión detallada de las estadísticas podría plantearnos un escenario más verosímil.
En materia de pensiones el panorama no fue más alentador. Con datos acumulados a noviembre del presente año es posible evidenciar que la máxima rentabilidad alcanzada fue lograda por el Fondo E: un 2,77% real. Una mediocre expansión de las pensiones que no se condicen en lo absoluto con los desempeños de las bolsas internacionales. Y es que las bolsas de América Latina anotaron su mejor desempeño en años, mientras que Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Francia también rentaron. Desempeños inoportunos en un país que critica con más fervor el sistema de capitalización individual y el rol de las AFP.
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Las dulzuras las anotan los mercados financieros. Como se señaló, la mayoría de las bolsas internacionales registraron ganancias y Chile no fue la excepción. El Ipsa, indicador de las 40 acciones chilenas con más presencia bursátil, rentó 12,11%, dejando atrás dos años para el olvido. Por su parte la mayoría de las materias primas recuperaron las fuertes pérdidas de 2015, destacando la maratónica alza de precios del petróleo y el gas natural.
La buena noticia para Chile es que, después de un semestre negro, en la segunda mitad del año el cobre cambió de tendencia y anotó una rentabilidad de 17,03%. Es de esperar que el precio del metal rojo siga en la misma senda y contribuya a levantar una alicaída economía.
Finalmente la inflación volvió al rango meta al situarse en 2,9%. El alza de los precios en 2016 fue sustantivamente menor a la registrada el año pasado, por lo que la economía chilena respira y se abren espacios para estimular la producción mediante bajas en la tasa de interés el próximo año.
Un año dulce para los inversionistas. Uno amargo para el resto de las personas. Este 31 de diciembre las cábalas no estarán de más.
Matías Godoy Mercado
Director de Economía para todos
www.economiatodos.cl
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