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Gobierno brasileño reacciona a masacre en cárcel de Manaos y anuncia medidas

Luego de un largo silencio respecto a la masacre que dejó 56 muertos en una prisión de Manaos, el presidente de Brasil, Michel Temer, anunció una reforma del sistema penitenciario, marcado por el hacinamiento, sobrepolablación y el dominio de las bandas criminales.

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Temer calificó como un «accidente pavoroso» a los asesinatos en el interior del penal, la segunda mayor matanza registrada en una prisión del gigante sudamericano.

«No es suficiente con realizar un diagnóstico de lo que ocurrió, es preciso actuar», afirmó el mandatario al inicio de una reunión en Brasilia con varios de sus ministros. Durante las tres horas de encuentro se discutieron las líneas del nuevo plan de seguridad nacional, en el que el gobierno invertirá unos 1.800 millones de reales (374.00 millones de pesos aproximadamente).  

Para palear el problema de la superpoblación carcelaria, el presidente anunció la construcción de al menos una prisión en cada uno de los 26 estados brasileños, además del Distrito Federal, con una inversión de 800 millones de reales (unos 163.00 millones de pesos).

Los nuevos centros dispondrán de dos edificios para separar a los presos encarcelados por delitos menores de los criminales más peligrosos, avanzó Temer.

La masacre que se desató el domingo en el Complejo Penitenciario Anisio Jobim de Manaos (norte) no solo evidenció los enormes problemas del sistema carcelario brasileño, que aglutina a la cuarta población penal del mundo, sino el dominio absoluto tras las rejas de las grandes bandas del narcotráfico.

Los brutales asesinatos, la mayoría de muertos decapitados y mutilados, fueron una venganza del grupo local Familia del Norte (FDN) contra el Primer Comando de la Capital (PCC), en su guerra por el control del narcotráfico en la región estratégica de Amazonas.

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Con el objetivo de contener a los líderes de las bandas, el gobierno brasileño planea construir además cinco prisiones federales de máxima seguridad, mientras que en Manaos la policía trata de averiguar si los ideólogos de la rebelión lograron escapar.

En el motín, 184 presos huyeron del centro y de una unidad de detención preventiva dentro del mismo recinto. Hasta el momento, 65 de ellos fueron recapturados.

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