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Escuelas chinas construyen bóvedas antiesmog para proteger a sus alumnos

Numerosas escuelas del norte de China, una de las regiones más contaminadas del mundo, están erigiendo grandes bóvedas para proteger a sus estudiantes del «esmog» (contaminación atmosférica), informó hoy la prensa oficial del país asiático.

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Estas bóvedas, con aspecto de invernadero inflable, tienen el tamaño de un polideportivo (50 metros de largo, 20 de ancho y unos 10 de altura) y permiten a los niños salir al recreo y realizar actividades físicas en el «exterior», explica el diario «Global Times», ligado al Partido Comunista de China.

Una compañía de Pekín, «MetaSpace Air Dome Corporation», fabrica estos recintos temporales, que combinados con sistemas de filtrado de aire mantienen el interior libre de contaminación, y se están convirtiendo en un complemento habitual en colegios de Pekín y otras partes del norte del país.

Varias decenas de ciudades del centro y norte de China sufren estos días niveles de partículas contaminantes en la atmósfera superiores a 500 microgramos por metro cúbico, cinco veces superior a lo ya considerado peligroso, pero en el interior de estos recintos se mantienen por debajo de 10.

La proliferación de este tipo de bóvedas se publica unas semanas después de que un colegio de la ciudad de Linqi, en la provincia septentrional de Henan, se viera envuelto en polémica al obligar a sus estudiantes a realizar un examen en el patio de recreo envueltos en una intensa «esmog».

Las imágenes de los niños sentados en pupitres entre la espesa niebla de contaminación dieron la vuelta al mundo y obligaron al colegio a suspender a su director, Feng Jisheng.

El pertinaz «esmog» en ciudades como Pekín o Tianjin preocupa cada vez más a las familias del norte de China, especialmente por los efectos que a largo plazo puede tener en su salud y la de sus hijos.

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En Pekín, los padres de los estudiantes han pedido largamente a los colegios que instalen purificadores de aire en las aulas, y hoy viernes, finalmente, la Comisión de Educación de la capital ha prometido que lo hará.

«La opinión pública de China se ahoga en depresión, miedo y enfado, mientras grandes áreas del país siguen envueltas en niveles de contaminación peligrosamente altos», denunciaba el jueves un artículo inusualmente crítico del diario «Global Times». 

 

PUB/CF

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