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No importa el vestido o el diseñador: si la pieza no es acorde con la contextura física, no se ajusta y realza la belleza de cada mujer, si el tono no es el adecuado o el estilismo arruina una pieza: no todo pudo ser perfecto en la noche de los Golden Globes 2017.
LAS PEOR VESTIDAS DE LA NOCHE
Sí, son los años 70. Pero estas cosas solo le quedan bien a Florence Welch, Drew. Las alas Gucci ya nos saturan. Dejaste el peinado tan libre que le restaste glamour.
“Hola, soy Kerry Washington y mi amiga Beyonce me prestó su vestido de 2002”.
“Hola, soy Mónica Bellucci, la mujer más sexy del mundo. Y esto es Halloween 2017”.
“Hola, soy Winona y también soy darks”.
Jessica Chastain logrando lo imposible: verse irrelevante y hasta irreconocible con este look.
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Anna Kendrick y este extraño efecto.
Que conste que Carrie Fisher jamás trató de imitar a Carrie Bradshaw. Entonces ¿por qué rayos Sarah Jessica Parker trata de imitar a Carrie Fisher (Leia)?
Sophie Turner luciría perfecta con este vestido en una película de ciencia ficción conceptual underground. De resto, forget it.
Zoe Saldana, Rihanna lució algo mejor y del mismo color en los Grammy mucho mejor que tu. Le llovieron memes, pero se veía mucho mejor que tu.
Lucir algo así es difícil. Sobre todo un McQueen. Nicole Kidman por lo menos lo intentó. Aunque las mangas les choquen a muchos.
Con tantos chokers en el mundo y Michelle Williams decide verse como corderito.
Carrie Underwood COMO PASTEL DE MERENGUE ROSA.
No, Felicity. No. No sigues en “Rogue One”. No vas a destruir a la Estrella de la Muerte. Tienes el mismo peinado de tu personaje. Y el vestido, francamente, no es lo mejor que te hemos visto.
A Octavia Spencer le hemos visto mejores cosas. Acá es como si se fuera a la oficina un día cualquiera.
Priyanka, te veías exquisita, hasta que ESE PELO. Le quita TODO al increíble vestido que tienes. El look a lo Kardashian es predecible. Que lo puedes hacer mejor.
Kathryn Han hace el mismo papel que en “El club de las madres rebeldes” con Mila Kunis y viste como si su personaje se hubiese ido de fiesta por ocho días de corrido. Si van a lucir sastre, háganlo elegante.
Ana Chlumsky debería saber que un drapeado así solo luce si realza tus curvas de forma natural. Kate Winslet lo suele hacer y el resultado es excelente. Acá se ve desproporcionado.
Diana Madison tenía una pieza preciosa, pero todo, como siempre, era cuestión de fitting.
Sí, el terciopelo es el material de la temporada. Suele ser usado en siluetas más refinadas. Esto parece evocar el aire CK de Jennifer Lawrence en los Oscar de 2011, pero el material queda pesado y hasta de mal gusto. El terciopelo, para ser elegante, debe ir en siluetas más clásicas. Ese no fue el caso de Nancy O’ Dell.
Si no quieres parecer salida de tu prom de 1985 con el satín más barato que puedas encontrar, imita a Karrueche Tran (NO). El color hubiera funcionado con otra textura, otra silueta y sobre todo, otro peinado. Ni qué decir de lo que hay debajo.
Este hubiese sido un ejercicio muy interesante, pero con un estilismo más arriesgado y menos desaliñado. Unos flats, un peinado con menos volumen, le hubieran dado más protagonismo al vestido. Hubiese sido pura moda y no un experimento que salió mal. Porque los tacones y los mechones de Renee Bargh la hacen ver como una Helena Bonham- Carter wannabe, que en sí es toda una categoría.
Sí, es aburridísimo insistir con el tema, pero quizás si van a una alfombra roja, hay que tener en cuenta una regla de oro: el fitting. FITTING. FITTING. Liz Hernandez olvidó que esa palabra existe. El vestido está increíble, pero tan apretado, ajustado y embutido que se arruga por todas partes. Ni hablar del material o el peinado.
No, linda, no. La extensión gigante, el cinturón, el vestido que te queda inmenso. Una pieza tan angelical que la haces ver como vestido de 15 años. Y el cinturón, para rematarla. Liliana Vazquez tuvo una oportunidad de hacer maravillas con algo tan clásico y bello.
Este vestido habría podido ser una maravilla si las extensiones tipo “Sofía Vergara wannabe/ estrella de Telemundo” no lo hubiesen deslucido. Así no, Tracey Edmonds.
Collar de serpiente y tul. No estamos en 1985, Carlie Steel.
Zazie Beetz: solo existe una Solange y ella es la única que puede tratar de copiar a Diana Ross o a Morticia si quiere. Pero el vestido gótico victoriano hubiese funcionado en otro material.
El largo, el largo, el largo, Trace Ellis Ross. El largo que te hace ver desproporcionada y el largo que te haría ver como una diosa.
Experimentos que salieron mal, estilismos mal hechos y vestidos que no encajaban. Esto nos trajeron los Golden Globes 2017 en la red carpet.