El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el lunes la designación de su yerno, el magnate inmobiliario y editor Jared Kushner, como alto consejero de la Casa Blanca, ignorando varios cuestionamientos legales y éticos.
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Varios analistas indican que su designación puede violar la ley federal de nepotismo y plantear conflictos de interés entre sus negocios y su trabajo para el gobierno.
Para enfrentar las polémicas, ya ha contratado a un equipo de abogados.
Jamie Gorelick, uno de ellos, afirmó el lunes que Kushner renunciaría al cargo de presidente de su grupo Kushner Companies, con sede en Nueva York, y «desviaría activos sustanciales de acuerdo a las reglas federales».
«Kushner está determinado a respetar las leyes federales estadounidenses en materia de ética y estamos en contacto con la oficina federal de ética gubernamental sobre las medidas a adoptar», dijo Gorelick en un comunicado.
Kushner lidera una vasta empresa inmobiliaria, heredada de su padre. Proprietario también de una revista inmobiliaria y de un semanario destinado a la élite de Manhattan, Kushner se ganó la confianza de su suegro de 70 años al manejar con destreza su campaña en las redes sociales.
Bajo su liderazgo, Kushner Companies ha completado más de 14.000 millones en transacciones y 7.000 millones en adquisiciones desde 2007, según su sitio web.
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Con su hermano, Kushner también cofundó una compañía de inversiones, es un inversor activo en compañías tecnológicas e integra los directorios de varias empresas start-ups, así como el grupo de tareas del alcalde demócrata de Nueva York.
– ¿Nepotismo? –
Una ley federal de nepotismo, aprobada luego de que el entonces presidente John F. Fitzgerald designara a su hermano como fiscal general, prohíbe a los presidentes contratar a un pariente.
Pero los asesores de Trump sugieren que no es lo mismo trabajar en la Casa Blanca que integrar el gabinete.
En fuerte contraste con su suegro, Kushner huye de los focos y la celebridad, y raramente habla con la prensa. Pero en muchas otras cosas, su vida es muy parecida a la de Trump.
Forbes estima que Kushner, su hermano y padres tienen una fortuna de al menos 1.800 millones de dólares.
Privilegiado, creció en una familia de donantes demócratas en Nueva Jersey, estudió en la Universidad de Harvard y en la Universidad de Nueva York.
Aún era un estudiante cuando otro asesor de Trump, Chris Christie, hoy gobernador de Nueva Jersey y entonces un fiscal estadounidense, encarceló a su padre por evasión fiscal, soborno de testigos y contribuciones ilegales de campaña.
Kushner recogió los pedazos y asumió con éxito las riendas del negocio familiar.
El yerno de Trump no tendrá que pasar por el tamiz del Congreso para que su nominación sea validada, como sí ocurre con los miembros de la futura Administración Trump, que tendrán que recibir la luz verde de los congresistas y de los senadores en unas audiencias que comienzan el martes.
Entre las primeras audiencias figuran la de Jeff Sessions, designado para el Departamento de Justicia, y la de John Kelly, a quien le espera la cartera de Seguridad Interior.
Trump se mostró confiado este lunes en que la confirmación de los cargos designados no sufrirá reveses: «Todos serán aprobados», prometió el presidente electo.
AFP