El parlamento venezolano declaró este lunes al presidente Nicolás Maduro en «abandono del cargo» y exigió una salida electoral a la crisis venezolana a través del mecanismo constitucional del sufragio, aunque la decisión tomada por la Asamblea Nacional (AN) fue rápidamente rebatida por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
«Aprobado el acuerdo con el cual se califica el abandono del cargo a Nicolás Maduro Moros y lo más importante, se exige una salida electoral a la crisis venezolana para que sea el pueblo el que se exprese a través del voto», expresó el presidente de la AN, Julio Borges.
Con una aprobación de 106 votos de los legisladores de la opositora Mesa de la Unidad Democrática, el acuerdo dicta «manifestar que la única forma de resolver los graves problemas que aquejan al país es devolver el poder al pueblo de Venezuela y, por lo tanto, convocar a la celebración de elecciones libres y plurales».
El argumento principal utilizado por la oposición para justificar la decisión en el parlamento, se centra en que la actuación de Maduro está al margen de las funciones constitucionales de la presidencia, siendo el responsable de la «grave ruptura del orden constitucional», de la violación de derechos humanos y la «devastación de las bases económicas y sociales» de la nación.
Sin embargo, las intenciones del parlamento tiene una limitación. El TSJ, acusado por la oposición de servir al chavismo, expresó que el Congreso «no tiene la facultad» para destituir a Nicolás Maduro y recordó que la Asamblea General se encuentra en desacato.
Nicolás Maduro cumple cuatro años en la presidencia de Venezuela. La constitución establece que si ocurriera la salida del presidente de su cargo o su fallecimiento durante los últimos dos años de gobierno, ese período deberá ser completado por el vicepresidente, Tareck El Aissami.
