Economía

Informe revela que caída de productividad impidió que chilenos tuvieran un mejor nivel de vida

Principal sector que donde se ha desacelerado es la minería. Presidente de la Comisión Nacional de Productividad, Joseph Ramos, asegura que se hace imperioso impulsar la innovación para revertir esta tendencia.

La productividad en nuestro país muestra una tendencia a la baja. Así lo reveló el primer Informe Anual de Productividad presentado este jueves.

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El presidente de la Comisión Nacional de Productividad (CNP) Joseph Ramos, explicó que “durante los últimos 15 años la productividad se desaceleró en Chile. Según nuestra medición, en los años 90 la productividad contribuyó con 2,3 puntos porcentuales de crecimiento por año mientras que, a partir de 2000, dicha contribución se ha reducido a 0,1 puntos porcentuales. Destaca el hecho que, si se hubiese mantenido el ritmo de crecimiento de la productividad de los años 90, hoy los chilenos tendríamos un nivel de vida más de un tercio mayor”.

El informe revela que este descenso tiene como una de las causas principales la caída en la productividad minera, debido al deterioro en la ley del mineral.

“Con todo, la desaceleración de la productividad no es exclusivo del sector minero. En efecto, la productividad de la economía no minera también desacelera aunque en mucho menor medida, de 2,3% al año en los 90 a 1,4% en los 2000”, subrayó Ramos.

 

¿Por qué se ha desacelerado la productividad?

El reporte de la CNP da cuenta que hay al menos tres hipótesis adicionales que explican el porqué de la desaceleración:

  1. Las reformas liberalizadoras de los 90, que generaron importantes espacios de incrementos de productividad, estarían ya agotadas, habiendo rendido el grueso de sus frutos
  2. La concentrada base productiva en pocos recursos naturales sería insuficiente para sustentar un continuado dinamismo de las exportaciones, con las mayores oportunidades de innovación y mejoras en productividad asociadas a ellas
  3. La  desaceleración, aunque menos brusca, en los países en la frontera tecnológica, los de la Ocde.

En cuanto a 2016, se estima que la productividad global cayó entre -0,5% y -1,0%, arrastrada, de nuevo, por la caída de la productividad minera y por una menor utilización de la capacidad productiva por una débil demanda no plenamente capturada por nuestros índices de ajuste cíclico. En cambio, se estima que la productividad no minera creció entre 0,3% y 0,9% en el 2016.

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Ramos afirma que es preocupante «que la economía siga sin mostrar un cambio de tendencia». Eso sí, asegura que Chile, al estar a mitad de camino de los países desarrollados, puede reimpulsar la productividad «por medio de la imitación inteligente y adaptación de las mejores prácticas y tecnologías internacionales más idóneas para Chile (como fue, por ejemplo, en su momento el riego por goteo) y por medio de la generación de nuevas actividades de mayor productividad (como fue, por ejemplo, en su momento la acuicultura)”.

Asimismo, recalcó que «innovar en Chile no es necesariamente hacer algo que nunca se ha hecho en el mundo, si no hacer algo que antes no se hacía en Chile y que es mejor práctica internacional. Por cierto, esto no es automático, ni fácil. Significa políticas que mejoren el funcionamiento tanto de los mercados como del  estado”, concluyó.

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