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El Parlamento ruso ha aprobado en primera vuelta, con 368 votos a favor, un voto en contra y una abstención, una propuesta para que las agresiones domésticas dejen de juzgarse por el código penal y pase a ser un delito civil. Con esta nueva consideración, un hombre que agreda a su mujer sólo pagaría una multa de 500 euros, 120 horas de trabajo social o un arresto de hasta 15 días.
La impulsora de esta iniciativa es Elena Mizulina, diputada del partido conservador Rusia Justa, que afirma que la violencia machista que se produce de marido a mujer en el entorno familiar sólo debe ser una falta administrativa:
«Hay personas encarceladas durante dos años y etiquetadas como criminales simplemente por dar una torta».
Desde 2015, el número de casos de violencia doméstica ha crecido en un 20% en comparación con datos de 2010. Más de 36.000 mujeres son agredidas por sus parejas cada día y 26.000 niños son objeto de abusos por parte de sus padres cada año.
Con la nueva norma, que ha nacido como reacción de los conservadores a la propuesta de equiparar la violencia machista a los delitos de odio, los agresores machistas sólo irán a prisión si agreden a la mujer más de una vez al año.
Elena Mizlina, que también ha impulsado otras iniciativas como «la penalización de la propaganda gay», ha llegado a afirmar que la prisión por la agresión de un hombre a su mujer durante una discusión «va contra la familia».
Si la propuesta vuelve a ganar en segunda votación no serán delito las agresiones entre cualquier miembro de una familia; padre, madre e hijos.
Todo esto en un país donde cada 40 minutos una mujer muere en manos de su pareja o un familiar.