El Congreso turco aprobó una controvertida nueva Constitución que refuerza los poderes del presidente Recep Tayyip Erdogan.
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Los parlamentarios aprobaron las dos últimas secciones de la carta magna, por la mayoría de las tres quintas partes requerida para la modificación del texto, en una primera lectura legislativa.
El gobernante del Partido de la Justicia y Desarrollo (AKP) obtuvo los más de 330 votos necesarios para la adopción de esta nueva Constitución, con esto, los 18 artículos del nuevo texto, que buscan reforzar los poderes del presidente de la República, serán de nuevo debatidos en una segunda lectura en el parlamento que se realizará partir de este miércoles, que de ser nuevamente aprobados, las modificaciones tendrán que ser ratificadas en un referendo.
La nueva Constitución prevé transferir la mayor parte del poder ejecutivo del primer ministro al presidente de la República, con ello Erdogan, elegido como presidente en 2014 tras tres mandatos como jefe del gobierno, podría quedarse en el poder hasta 2029.
Si el texto es aprobado definitivamente, el presidente podría cortar libremente los lazos con su partido, contando con facultades para nombrar y cesar a sus ministros, además de poder elegir si desea a uno o varios vicepresidentes. También estaría facultado para emitir decretos.
Oposición preocupada
El paso siguiente es que una vez aprobada la reforma en el Parlamento, se debe convocar un referendo en los 60 días posteriores, es decir a finales de marzo o principios de abril.
Esta sería la primera vez que se instaura un sistema presidencial en la república turca, que actualmente está regida por una constitución que data del golpe de Estado militar de 1980.
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La posibilidad de que Erdogan obtenga más poder preocupa a sus opositores, que denuncian los excesos autoritarios del presidente, sobre todo desde el intento de golpe de Estado del 15 de julio.
Pero los dirigentes turcos afirman que es necesario un sistema presidencialista para garantizar la estabilidad en la cabeza del Estado, en un país que afronta problemas de seguridad y un estancamiento económico, al mismo tiempo que lleva a cabo una ofensiva militar en Siria.
La reforma genera fuertes resistencias en los partidos de oposición, prokurda (HDP) y kemalista (CHP, socialdemócrata), que acusan a Erdogan de aprovechar el estado de emergencia para sacar adelante la reforma.
Esta reforma devolvería al «palacio» los poderes que fueron retirados al sultán otomano hace un siglo, estimó Bülent Tezcan, diputado y vicepresidente del CHP.
«Esto marcaría la disolución de todo lo que nuestra república ha logrado», afirmó Tezcan, agregando que este proyecto de reforma constitucional abre la vía a que haya una dictadura de un sólo hombre.