Trabajos de renovación de un embalse en China sacaron a la luz una estatua de Buda de 600 años de antigüedad que hasta ahora estaba cubierta por el agua. Los arqueólogos creen que la talla realizada sobre un acantilado, podría datar de la dinastía Ming (1368-1644), según la agencia estatal de noticias china Xinhua.
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Un vecino de la provincia de Jiangxi, al este de China, vio por primera vez la cabeza del Buda el pasado diciembre, cuando el nivel del agua cayó más de 10 metros durante un trabajo en una puerta de energía hidroeléctrica.
La figura mide 3,8 metros de altura y se encuentra en la intersección entre dos ríos, en un embalse que la historia local sitúa en las ruinas de una antigua ciudad llamada Xiaoshi. El agua también ha dejado ver la base de un pasillo de un templo, por lo que un equipo de arqueólogos submarinos está examinando al detalle estos descubrimientos y trabajando en un plan de preservación.
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El director del Instituto de Investigación Arqueológica de la provincia, Xu Changqing, ha asegurado que el agua ha ayudado a que la escultura se mantenga protegida durante todo este tiempo.
«Si la estatua no se hubiera conservado en el agua, podría haber sufrido meteorización, oxidación u otros riesgos, suponemos», expresó Xu en una entrevista a la cadena de televisión CNN.
Durante la Revolución Cultural del país, entre 1966 y 1976, se destruyeron muchas reliquias culturales porque había una instrucción de deshacerse de todo lo viejo, feudal y supersticioso.