El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, afirmó que la empresa brasileña Odebrecht «se tiene que ir» de su país, luego de revelarse que entregó sobornos a funcionarios peruanos entre 2005 y 2014.
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El gobernante consideró que antes de vender su participación en los diferentes proyectos que ejecuta en el país, Odebrecht tiene que llegar a un acuerdo con la Fiscalía, que investiga las denuncias de corrupción. Aseguró, además, que la empresa brasileña tiene muchos de sus grandes proyectos en Perú y, sin embargo, hasta el momento solo se le ha impuesto una pequeña multa de unos diez millones de dólares.
«Aquí nosotros somos las víctimas de esto», remarcó Kuczynski señalando que, para intentar una compensación, ordenó que se ejecute el cobro de 262 millones de dólares establecido en el contrato firmado con el consorcio encargado de construir el Gasoducto Sur Peruano, que encabezó la brasileña Odebrecht, por incumplir con esa obra.
«Con eso hemos salvaguardado nuestros intereses, porque, de otra manera, los 262 (millones) Dios sabe dónde se iban a ir y nos íbamos a quedar sin nada. Con esto se podrá continuar la obra», remarcó Kuczynski.
El ministro de Energía y Minas, Gonzalo Tamayo, anunció que el Gobierno de Perú había resuelto terminar la concesión debido a que el consorcio encargado no cumplió con demostrar que tiene la financiación necesaria para terminar la obra.
«La empresa seguirá dirigiendo sus esfuerzos, junto con las autoridades respectivas, para que el proceso de cese de actividades se realice de forma adecuada, respetando el contrato firmado y mitigando los impactos para la Macro Región Sur del país», agregó el vocero de la empresa, Marcelo Odebretch.
En Perú, Odebrecht habría pagadp 29 millones de dólares en sobornos durante los gobiernos de Alejandro Toledo (2001-2006), Alan García (2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016), según se desprende del acuerdo firmado por la compañía con el Departamento de Justicia de Estados Unidos.