Los incendios forestales, que han provocado 3.084 damnificados, 1.047 viviendas destruidas y un total de 11 fallecidos, han motivado que miles de personas viajen hasta las regiones del Maule y Bío Bío para entregar ayuda. Toneladas de botellas de agua, comida enlatada y artículos de primera necesidad han llegado hasta las manos de las familias afectadas, especialmente a Santa Olga, donde el fuego arrasó con toda la villa.
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A casi una semana de que el fuego les arrebatara sus casas y los dejara de brazos cruzados, los vecinos dieron a conocer cuáles eran sus nuevas necesidades. «Quiero agradecer a todos los chilenos por tanta ayuda. Hemos recibido comida, porque acá no podemos cocinar, y muchos alimentos no perecibles. Sin embargo, hoy necesitamos otras cosas», dijo Luis Alberto Catalán, quien perdió su casa en el sector de El Gullín, Constitución. Su familia, quien vive en villa Santa Olga, también lo perdió todo.
Los vecinos requieren linternas, colchonetas o colchones, carpas y zapatillas. «Acá cae la noche y no tenemos como alumbrar. La gente quiere estar en su villa limpiando, trabajando en la reconstrucción, por lo que necesitamos carpas para pasar la noche. Tampoco hay donde dejar las cosas que llegan y la ayuda. Ojalá nos ayuden con esas cosas», agregó Catalán.
Falsos damnificados
Mariela Valenzuela, de villa Santa Olga, pidió además, que s eorganice mejor la ayuda en los albergues, puesto que hay muchas personas que noson damnificados y que se estarían aprovechando de la situación. «La gente prefiere estar en la villa que en los albergues, por eso no les está llegando la yuda y varios, que no son damnificados están recibiendo la ayuda. Deberían ordenar más», aseguró.
Una situación similar denunció el alcalde de Constitución, Carlos Valenzuela,quien explicó que habían detectado casos de «falsos damnificados». «Hay personas que sus casas no han sido afectados por el incendio, pero igual han ido a buscar la ayuda. Estamos tratando de controlar eso», comentó.
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«Nos dijeron que la construcción de nuestras casas puede demorar hasta 3 años. Necesitamos, por ahora carpas, colchonetas y ropa de cama», pidió María Valenzuela, quien manifstó su preocupación porque en un mes se inicia el periplo de inicio de clases. «Muchos de los niños quedaron sin sus uniformes», dijo.