El crítico al actual gobierno socialista de Francia, Benoît Hamon, se impuso holgadamente como el candidato del oficialismo para las elecciones presidenciales de abril, propinando un duro revés en las urnas al ex primer ministro Manuel Valls.
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«Estoy convencido de que frente a una derecha de privilegios, conservadora, y a una extrema derecha destructora, nuestro país necesita una izquierda que piense el mundo como es y no como fue, una izquierda capaz de encarnar un futuro deseable», declaró Hamon ante una multitud de simpatizantes que coreaba su nombre.
El representante del ala izquierda del partido se alzó en la segunda vuelta de las primarias socialistas con 59% de los votos frente a 41% para Manuel Valls, según los resultados parciales.
Sin embargo, tiene pocas posibilidades. Así lo constata el sondeo que publica hoy Le Figaro, según el cual quedaría en cuarta posición en primera vuelta con el 15% de los votos. Por delante tendría a la ultraderechista Marine Le Pen (25%), conservador François Fillon (22%) y a Emmanuel Macron (21%).
La izquierda en la carrera por el Elíseo
Este resultado supone un duro revés para Valls, español de nacimiento, quien es considerado como el heredero de Hollande, el presidente francés más impopular de las últimas décadas.
Hamon tendrá tres meses para dar un impulso a su campaña, ya que según los sondeos, ningún candidato de izquierda superaría la primera vuelta de las presidenciales del 23 de abril.
La campaña de Fillon, el candidato de izquierda que parecía tener más posibilidades de llegar al Elíseo según las encuestas, sufrió esta semana un golpe potencialmente devastador ante las sospechas de presunto empleo ficticio de su esposa, por el que habría cobrado medio millón de euros.
A este caso, que está siendo investigado por la fiscalía nacional financiera, se suma una acusación de desvío de dinero de fondos públicos cuando era senador.