La Cámara de Comercio de Santiago (CCS), criticó la Ley de Etiquetado de los Alimentos y asegura que va contra tratados de libre comercio firmados por nuestro país.
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El presidente de su Comité de Importadores del gremio, Dionisio de la Cerda, se reunió con Lorena Rodríguez, jefa de Departamento de Nutrición y Alimentos del Ministerio de Salud, para hacer presente aspectos de la implementación de la normativa, que según dijo constituirían “verdaderas barreras para-arancelarias para la importación de alimentos”.
Compartiendo la intención original del legislador, en lo que dice relación a brindar información clara para la elección de alimentos sanos, la CCS manifestó su preocupación de que “esta ley, tal cual está redactada y reglamentada, no responde debidamente los objetivos que la inspiraron”.
A juicio de la entidad, el problema está en la obligación del doble etiquetado, por adelante y por atrás del producto, considerando que “antes de la ley 20.606 no era necesario, pues toda la información nutricional ya venía incorporada por parte del proveedor extranjero”.
La CCS explica que esto redunda en duplicidad de costos, pero además «se genera una pérdida de tiempo en la disposición para venta del producto, ya que hay que esperar que el producto se etiquete nuevamente. Muchos proveedores extranjeros se resisten a asumir el doble etiquetado por lo que, en la mayoría de los casos, el proceso se debe realizar en el país”, explica el gremio.
Añaden que esto se ha traducido en que muchos importadores “se hayan visto obligados a dejar de importar algunos productos, debido a que quedaron fuera de competencia. Este doble etiquetado se ha convertido en una barrera paraarancelaria, dado que los productos nacionales no cargan con el costo adicional del etiquetado extra»:
En esa línea, aseguran que «estas exigencia han hecho que ciertos fabricantes extranjeros simplemente hayan decido dejar de vender sus productos a nuestro país. Este costo adicional suma varios millones de dólares de cargo de los importadores. Tenemos información de que una empresa mediana gasta más de US$1 millón al año por este concepto”.
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Asimismo, insistieron en catalogar como un error el utilizar la medición de 100 gramos y no la porción sugerida, ya que aseguran que “se está estigmatizando productos para un alto porcentaje de la población que no domina bien estos conceptos» y ponen como ejemplo alimentos básicos como la leche con grasa que es altamente recomendable para los niños. «En países como Ecuador hubo que revisar y revocar esta medida ante la drástica caída del consumo de leche. Otros alimentos infantiles similares caen en la misma situación, solo porque la Ley hace referencia a los 100 gramos y no a la porción diaria que se consume, como debiera ser a nuestro juicio”, sostienen.
Frente a estas situaciones, la CCS plantea:
- Considerando se está en el umbral de la revisión de la Ley 20.606, la Cámara de Comercio de Santiago planteó cuatro modificaciones a este cuerpo legal:
- Que los importadores de productos alimenticios envasados en origen, puedan adherir sus etiquetas nutricionales en la parte de atrás de las etiquetas del producto.
- Que las cajas de regalo de chocolates y todas las barras con contenido de cacao sobre el 50% puedan eximirse de la colocación de los signos “Alto En”.
- Que para efectos de la exigencia de agregar los signos “Alto En” de las etiquetas, se midan los nutrientes por porción y no por 100 gramos.
- Que se pueda colocar los signos “Alto En” en la misma ubicación de la información nutricional. De esta manera se contribuiría a que el consumidor consulte en la parte posterior toda la información relevante.
El gremio subraya que se evitaría caer en una problemática sobre vulnerabilidad de los Tratados de Libre Comercio, “pues la doble etiqueta es claramente una barrera paraarancelaria que no deja a los proveedores extranjeros competir en igualdad de condiciones con la industria local”.
En su presentación la CCS mencionó el caso de “grandes y prestigiosas empresas transnacionales de productos alimenticios, que están en serias dificultades para comercializar sus productos en Chile. Algunas de ellas, con casi 20 años de presencia en el mercado nacional, decidieron abandonar el país porque quedaron en situación desmedrada con respecto a la competencia local”.