Ponchos indígenas y regalos de todo el mundo: blusas de Neymar y Messi, fotos con Fidel Castro y Hugo Chávez. El presidente de Bolivia, Evo Morales, inauguró el jueves un museo en su honor, en medio de voces que piden que siga en el poder hasta 2025.
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El «Museo de la Revolución Democrática y Cultural», con unos 7.000 objetos, abrió sus puertas en la tierra natal del gobernante, y alberga la historia política, sindical y hasta deportiva del primer presidente indígena de Bolivia.
Y por extensión, la historia de los orígenes de los pueblos indígenas de los Andes del país, los momentos en que fueron conquistados por los españoles, la república y su exclusión por le élite blanca y mestiza y sus luchas emancipadoras.
Incienso, mirra, dulces y hasta un feto de llama (auquénido andino) fueron quemados en un brasero gigante para dar suerte a la construcción erigida en Orinoca, poblado habitado por unas 600 personas, a 3.700 metros de altitud, a 160 km de Oruro, la ciudad más cercana.
El museo, edificado en un escampado de tierra, a un costo de unos siete millones de dólares, que ocupa una superficie de 3.858 m2, desató críticas de la oposición que lo considera un despilfarro, en un país con 38,6% de la población pobre, cuando otras zonas urgen por escuelas y hospitales y en momentos en que Morales busca reelegirse para un cuarto período, pese a estar impedido por la Constitución.La infraestructura, ideada en 2006 y que comenzó a construirse en 2012, está cerca del pequeño villorio de Isallavi, donde Morales nació hace 57 años.
La región es una de las más pobres de Bolivia, de dónde el mandatario salió de muchacho a Oruro y luego a Argentina, para acabar en la región cocalera del Chapare, que lo vio nacer a la vida política, primero como sindicalista y luego como parlamentario.
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«¿Cuántos días al año pierde el presidente alimentando su ego? ¿Quién se beneficia? ¿Sobran los recursos?», escribió en Twitter el líder opositor Samuel Doria Medina.
Orinoca pretende usar el museo para atraer turistas, pero aquí no hay hoteles ni restaurantes. «Está bien, excelente, el pueblo de Orinoca está orgulloso, y esperamos que vengan los turistas», dice a la AFP el agricultor Freddy Mamani, de 32 años.
-Neymar, Messi, Pirlo-
El museo es de fino acabado, lleno de símbolos indígenas, de su historia, de sus luchas, de los movimientos de izquierda a los que se arrimó Morales, así como sus encuentros internacionales y sus discursos.
El presidente, desde que llegó al poder en 2006, recibió como regalos de sus amados nativos unos 16.000 ponchos, la típica y multicolor manta de los andinos, pero unos 2.000 están en exposición.
Hay más de 30 sombreros de distinto tipo, pero en depósito hay muchos más, de cada uno de las 36 nacionalidades del país y hasta de otros países.