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Espírito Santo: El estado brasileño en que la policía se declaró en huelga y se desató una ola de saqueos y asesinatos

El gobierno central aprobó la intervención de las Fuerzas Armadas para recuperar el orden en Espírito Santo, ubicado al sureste del país.

El gobierno brasileño ordenó el lunes el envío de tropas federales a Vitória, la capital del Estado de Espírito Santo (sudeste), donde se multiplican los saqueos, las agresiones y las muertes violentas desde el inicio de una huelga policial el fin de semana.

La decisión atiende a un pedido de las autoridades de ese pequeño Estado de unos 3,6 millones de habitantes, «ante la grave situación para la seguridad pública con la paralización de los policías militares», indicó el Ministerio de Defensa en un comunicado.

Una portavoz de la gobernación dijo a la AFP que se espera para esta misma tarde la llegada de «unos 200 hombres de la Fuerza Nacional», procedentes de Brasilia y del vecino Rio de Janeiro.

Las autoridades de Vitória y de las localidades del conurbano aplazaron el inicio del año lectivo, previsto para este lunes, y ordenaron el cierre provisorio de unidades de atención sanitaria y de los parques públicos.

El movimiento social empezó el sábado por la noche, cuando familiares de los policías militares (PM) bloquearon la salida de cuarteles en demanda de mejoras para los agentes, que no tienen derecho a manifestarse.

La falta de patrullas en la ciudad provocó un incremento significativo de asaltos, actos de vandalismo como quema de autobuses y asesinatos, señalaron medios brasileños.
Imágenes difundidas por TV Globo muestran ataques a peatones, saqueos de tiendas y tiroteos en distintas partes de la ciudad.

«Fue un fin de semana totalmente atípico», dijo a la AFP un portavoz del Estado de Espírito Santo, sin adelantar un balance preciso de víctimas y saqueos.

La misión de las FFAA será «restablecer el orden y la disciplina y seguir conversando con los policías para garantizar la vigilancia pública».

Las autoridades anunciaron que pondrán empeño en «resolver los crímenes contra la vida y el patrimonio de estos últimos días», sin dar mayores precisiones.

Las autoridades regionales anunciaron además un cambio en la comandancia de la PM y encargaron al nuevo jefe, el coronel Newton Rodrigues, «restablecer el orden y la disciplina y seguir conversando con los policías para garantizar la vigilancia pública».

Los familiares de los policías reclaman reajustes salariales y compensaciones diversas.
El secretario de Seguridad de Espírito Santo, André Garcia, consideró que «no es razonable» exigir aumentos en momentos en que Brasil se halla sumido en una recesión y muchos Estados están al borde de la bancarrota.

El gobierno envió el mes pasado militares para patrullar las calles de Natal, la capital del estado de Rio Grande do Norte (noreste), ante una serie de ataques relacionados con una guerra entre cárteles de la droga que habían dejado 26 muertos, muchos de ellos decapitados, en la cárcel local de Alcaçuz.

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