El Gobierno chino se ha fijado como objetivo crear 50 millones de puestos de trabajo urbanos hasta 2020, al mismo tiempo que mantiene la tasa de desempleo por debajo del 5%.
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Con esta iniciativa, China pretende disminuir aún más el índice de desempleo urbano, que lleva más de una década fluctuando entre el 4 y el 4,3 %, un periodo en el que el crecimiento del producto interior bruto (PIB) ha oscilado entre el 14,2 % de 2007 y el 6,7 % de 2016, su tasa más baja desde 1990, razón por la que muchos analistas dudan de su fiabilidad.
Expertos chinos remarcaron la dificultad de conseguir el objetivo de creación de empleo, en medio de la desaceleración de la economía china y de la reestructuración industrial que encara el país.
Y es que, según datos oficiales, 1,8 millones de trabajadores de la industria del acero y el carbón serán despedidos en el marco de esta reestructuración para reducir la sobrecapacidad productiva de la industria.
Por ello, a principios de enero, el Gobierno chino anunció que adoptará una «política proactiva de empleo» hasta 2020 con formación, medidas de estímulo al emprendimiento y reestructuraciones de las industrias menos eficientes.
Las autoridades buscarán así liberar el potencial del mercado laboral chino y darán prioridad a las industrias emergentes, con rebajas de costes y un entorno normativo más favorable.
Además, proporcionarán programas de formación para los trabajadores que pierdan sus empleos en la reestructuración industrial del país, indicaron entonces.