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El presidente ruso Vladimir Putin promulgó este martes la controvertida ley sobre la despenalización de la violencia doméstica, que reduce los recursos judiciales de las víctimas así como las condenas para los agresores.
La ley, adoptada a finales de enero por la gran mayoría de los diputados y votada en febrero por los senadores, reduce las penas por violencia doméstica, conmutando los dos años de cárcel previstos anteriormente por una simple multa, salvo en caso de hechos graves o reincidencia.
Los diputados conservadores que impulsaron el texto argumentaron que buscaba corregir una «anomalía» en la ley rusa, que hasta ahora juzga a los autores de violencia doméstica por lo penal, mientras que la cometida fuera del círculo familiar compete al derecho civil.
Pero este cambio provocó una protesta generalizada entre las asociaciones de defensa de los derechos humanos y de ayuda a las víctimas, y suscitó un debate nacional en Rusia.
Según la agencia nacional de estadísticas, se registraron 49.579 casos de violencia doméstica en 2015, incluidos 35.899 en los que las víctimas fueron mujeres.
Unas 7.500 mujeres murieron a manos de sus parejas en 2015, asegura la asociación ANNA, que ayuda a las mujeres víctimas de violencia.