El presidente ruso, Vladímir Putin, desoyó este martes a los críticos y promulgó una ley que despenaliza la violencia doméstica, siempre que el agresor no sea reincidente, proyecto que ha sido muy criticado por los activistas de derechos humanos.Según la nueva ley, las agresiones que causen dolor físico, pero no lesiones, y dejen moratones, arañazos o heridas superficiales a la víctima no serán consideradas un delito, sino falta administrativa.
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