Según el ministro de Defensa Raul Jungmann, 550 militares de las Fuerzas Armadas y un centenar de efectivos de la Fuerza Nacional (integrada por policías y bomberos de élite) se desplegarán en la capital Vitoria y otras ciudades del interior de este estado ubicado en la región sureste de Brasil.
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«La situación hoy (miércoles) ya comienza a normalizarse, porque tenemos información de reducción expresiva de homicidios. La sensación de inseguridad va cediendo para que las personas comiencen a retomar sus actividades», declaró el ministro citado en una nota oficial.
Más temprano, el gobernador en ejercicio de Espirito Santo, César Colnago, dijo que el contingente de 1.200 hombres que ya llegó «no es suficiente» para garantizar la tranquilidad pública.
«Para que tengamos seguridad, en este momento en que la sociedad se encuentra sin condiciones de desplazarse, casi en cárcel privada, estamos pidiendo un aumento de efectivos», dijo en una rueda de prensa en Vitória, unos 500 km al norte de Rio de Janeiro.
Desde el sábado, familiares de agentes de la Policía Militar (PM) bloquean la salida de los cuarteles en reclamo de mejores salarios y condiciones laborales para los uniformados, que por la Constitución no tienen derecho a hacer huelga.
«Hace siete años no hay un reajuste salarial, un policía militar recibe 2.500 reales (unos 800 dólares) para mantener una familia», denunció Graciele Sousa, de 24 años, durante una de las protestas en apoyo a los agentes.
La región de Vitória registró homicidios, saqueos, tiroteos y violentos robos desde la paralización.
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La Secretaría de Seguridad Pública del estado no informó de la cantidad de muertos.
El Sindicato de Policías Civiles de Espirito Santo, por su parte, afirmó que ya el martes el número de muertos superaba ampliamente la capacidad de la morgue forense de Vitória.
«Debido al gran volumen de casos, la identificación y liberación de los cuerpos también están demorando», informó en su página web el sindicato, que no descarta una paralización por la muerte de un colega en una ciudad del interior del estado y también en apoyo a la Policía Militar.
Sin embargo, el jefe de la Policía Civil, Guilherme Daré, aseguró que se trata de una paralización «aislada» de un grupo sindical, que no cuenta con el respaldo de la institución.