Contar con habilidades emocionales es un requisito básico en la vida laboral. Esta capacidad cobra mayor importancia en situaciones extremas como desastres naturales o emergencias.
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“Vivimos en un país en que en cualquier momento puede comenzar un terremoto, una marejada o un incendio. Esto puede ocurrir en nuestra casa o cuando estamos trabajando. Por eso, habilidades como el autocontrol y el sentido común son muy valoradas dentro de una organización desde el empleado de más bajo rango hasta el gerente”, asegura Hugo Álvarez Yapur, business manager de ILC Group.
Por otro lado, hay profesiones en que por la naturaleza del cargo en el que ejercen, es requisito básico contar con “nervios de acero”. “Existen trabajos en donde la adrenalina es parte del día a día, por ejemplo: los bomberos, los carabineros, los periodistas en terreno, los médicos de los servicios de urgencia o algunos cargos de gobierno. Quienes están trabajando en estos puestos deben contar con una alta tolerancia a la frustración, saber trabajar en equipo, tener perseverancia, resistencia física y sobretodo autocontrol emocional”, añade el especialista.
Asimismo, recalca que estos aspectos son importantísimos al momento de seleccionar personal. “Es muy importante que se considere el aspecto sico-emocional de un candidato, por esta razón, en muchos procesos se consulta al candidato por las experiencias extremas, su reacción inmediata y cómo se sintió después. Por otro lado, existen pruebas sicológicas que predicen el grado de ansiedad y madurez emocional del candidato”, enfatiza Álvarez.
Si se toma el ejemplo de Bomberos y su trabajo durante estas semanas, se pueden sacar importantes lecciones de sus competencias emocionales. Algunas de ellas son:
- Tolerancia a la frustración: para combatir un incendio sin cesar y que vuelva a expandirse.
- Trabajo en equipo: para coordinar las distintas actividades y funcionar como una sola unidad.
- Capacidad de liderazgo: tanto es el responsable de un grupo o se debe tomar el control del grupo a falta del titular.
- Autocontrol emocional: mantener la calma y no “agrandar el problema” con actitudes o expresiones de nerviosismo.
- Sentido común: para determinar situaciones críticas claves y acciones a tomar de forma rápida, sabiendo que la vida o la muerte se puede decidir en un par de segundos.
- Capacidad solidaria: ayudar al prójimo sin esperar ningún tipo de retribución.