«Pueblo ecuatoriano: a rechazar en las urnas a los que no tienen más argumento que la campaña más baja, más sucia, más miserable para tratar de lograr lo que no logran con sus propuestas», señaló Correa, quien declinó participar en los comicios del 19 de febrero.
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En su informe de labores, el gobernante indicó que sus opositores «están desesperados, tratan de bajar al binomio oficialista« integrado por el presidenciable Lenín Moreno y el actual vicepresidente Jorge Glas, favoritos en las encuestas.
Correa denunció la semana pasada el intento de «dañar al gobierno» con escándalos, tras la aparición de videos en las redes sociales en los que el prófugo ex ministro Carlos Pareja Yannuzzelli, acusado de corrupción en Petroecuador, afirmaba que en la petrolera estatal «no se hacía absolutamente nada» sin el consentimiento de Glas.
«De todos modos no nos van a derrotar», manifestó el presidente, quien el próximo sábado se abstendrá de dar su habitual reporte semanal de trabajo transmitido por radio y televisión «respetando (el) silencio electoral».
Correa anticipó que sus rivales «van a sacar, con dolor les digo, vinculaciones supuestamente mías con Odebrecht, cuando yo he huido siempre a esas empresas».
Las autoridades ecuatorianas investigan, a petición del gobierno tras la publicación de un informe en Estados Unidos, el supuesto pago de unos 33,5 millones de dólares en sobornos a funcionarios por parte de la constructora brasileña Odebrecht, una trama que ya ha impactado a varios países latinoamericanos.
A la presidencia ecuatoriana también aspiran el ex banquero Guillermo Lasso; la exdiputada Cynthia Viteri; el general en retiro y ex alcalde de Quito Paco Moncayo; Dalo Bucaram, hijo del ex presidente Abdalá Bucaram; el ex fiscal general Washington Pesántez; el ex canciller Patricio Zuquilanda; y el médico Iván Espinel, todos de oposición.