La agencia migratoria estadounidense (ICE, por sus siglas en inglés) arrestó en la semana pasada al menos a unos 680 inmigrantes en situación irregular en operaciones realizadas simultáneamente en varias ciudades, según informó el secretario de Seguridad Interna, John Kelly.
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«De ese total de arrestados, aproximadamente el 75% son criminales extranjeros» condenados por delitos como homicidio, abuso sexual, tráfico de drogas, desórdenes, conducir automóviles bajo embriaguez y posesión ilegal de armas, afirmó Kelly en una nota oficial.
Los arrestos fueron realizados por agentes del ICE en Los Ángeles, Chicago, Atlanta, San Antonio y Nueva York.
Según Kelly, esas personas «representaban una amenaza a la seguridad pública, a la seguridad de nuestras fronteras o la integridad del sistema migratorio de nuestro país».
Durante toda la semana pasada diversas entidades de defensa de los inmigrantes habían denunciado que agentes de ICE estaban realizando amplias redadas en las principales ciudades del país que incluían a personas en situación irregular pero sin ningún cargo criminal.
Incluso, el domingo pasado el propio presidente Donald Trump había expresado su satisfacción ante las redadas a través de su cuenta de Twitter.
«La avanzada contra el crimen es apenas el cumplimiento de mi promesa de campaña. ¡Miembros de pandillas, vendedores de drogas y otros están siendo removidos!», expresó el mandatario.
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https://twitter.com/realDonaldTrump/status/830741932099960834
En su nota divulgada este lunes, Kelly aseguró que las enormes redadas realizadas en los últimos días constituyen una orientación específica de Trump.
«(El presidente) ha sido claro al orientar al departamento de Seguridad Interna a concentrarse en la remoción de extranjeros ilegales que han violado nuestras leyes migratorias, con foco especial en los que son una amenaza a la seguridad pública», apuntó el secretario de Estados.
Las expulsiones masivas de indocumentados no son, sin embargo, exclusividad de la actual administración republicana.El anterior gobierno de Barack Obama también había sido duramente criticado por asociaciones humanitarias por haber expulsado a cientos de miles de extranjeros clandestinos cada año.
Según los últimos datos disponibles, publicados en diciembre por el Departamento de Seguridad Interna, entre octubre de 2015 y septiembre del año pasado 240.255 indocumentados fueron expulsados de Estados Unidos, tres cuartas partes de ellos apenas después de cruzar la frontera, cuyo máximo cruce de frontera se alcanzó en 2012, con 400.000, también bajo la gestión de Obama.