Kim Jong-nam, el hijo mayor del ex líder norcoreano, Kim Jong-il, iba a ser el heredero de Pyongyang. Pero no, el “Querido líder” se arrepintió que su hijo consentido estuviese al mando de su proyecto asiático-comunista ¿Por qué?
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El consentido Kim Jong-nam
Los viajes que Jong-il realizaba en secreto a China para conocer el desarrollo económico y tecnológico del gigante asiático eran conocidos. En enero de 2001, el ex líder viajó en una misión junto a Jong-nam, quien se declaraba como un gran aficionado a internet, incluso en la ocasión ambos visitaron la central de la empresa Legend, el fabricante número uno de computadoras chinas.
Sin embargo, en unos meses todo cambiaría. En mayo del mismo año, Jong-nam fue descubierto mientras intentaba entrar a Japón con un pasaporte falso para visitar la “sede” de Disneylandia en Tokio. Hecho que le costaría el favoritismo de su padre.
A bordo de un All Nipon Airways y acompañado de dos mujeres y un niño de cuatro años, el hijo mayor del dictador viajaba desde Singapur con un pasaporte falso expedido en República Dominica, el que le habría costado unos 2 mil dólares, tal como confirmó el mismo Jong-nam a la policía japonesa durante un interrogatorio.
Pero ese no era el único viaje polémico que había emprendido. En 1995, el entonces joven heredero de 25 años, emigró a China y desde entonces vivía entre Pekín y Macao amparado por el Gobierno chino y dedicado a la inversión de fondos.
Futuro muy diferente al que llevaría su hermano, el polémico Kim Jong-un, quien se hizo famoso por ser el sucesor de Jong-il y luego supuestamente mandar a asesinar a su tío. El mismo que ahora está en el centro de la polémica, después que se conociera que dos espías norcoreanas envenenaran al mismo Jong-nam en Malasia.
La rivalidad de los Kim
Si bien se presume que los hermanos no se conocieron, sí existía una rivalidad entre ellos. Incluso en un libro publicado en 2012, Jong-nam catalogó a su medio hermano, como una figura decorativa, “es una broma para el mundo exterior».
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En el mismo documento, el hijo mayor del fallecido dictador explicaba que “el Gobierno chino me protege, y también me vigila. Es mi destino inevitable”.
La pregunta de si la muerte de Jong-nam se relaciona a su hermano menor, es un enigma. Pero una cosa era evidente, mientras uno se de dicaba a retomar contactos de amigos a través de Twitter y Facebook, el otro se dedica a hacer pruebas de misiles intercontinentales.