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El gobierno de Venezuela tildó como una «agresión» las sanciones que impuso Estados Unidos por narcotráfico al vicepresidente Tareck El Aissami, para quien el mandatario Nicolás Maduro exigió una disculpa de la Casa Blanca.
Con El Aissami a su lado, en cadena de radio y televisión, Maduro hizo una vehemente defensa del funcionario por su lucha contra el narcotráfico.
«Es una agresión que Venezuela responderá paso a paso con equilibrio y contundencia», enfatizó Maduro, al ordenar a la cancillería entregar una nota de protesta y exigir a Washington que se retracte y pida disculpas públicas al vicepresidente.
Presidente del Parlamento venezolano valora que EEUU haya ventilado la crisis de su país
El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, el opositor Julio Borges, destacó que el Gobierno de Estados Unidos haya puesto en escena la crisis de su país y reclamó la acción decidida de la comunidad internacional para salir de ella.
Así lo expresó Borges en una conferencia de prensa luego de su intervención en el Senado colombiano, donde pidió que «la región se movilice para que en Venezuela se restituya la Constitución, que haya elecciones libres y se respeten los derechos humanos».
En la instancia Borges también recordó que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en sus diálogos con los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, ha tocado el tema de la crisis en Venezuela.
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En opinión de Borges, «significa que Venezuela se ha convertido lamentablemente en un problema para la región entera, para toda América», por el «tema migratorio, por el narcotráfico, el crimen organizado, el tráfico de armas y el problema humanitario».
El diputado opositor también enfatizó que, «necesitamos decididamente que toda la comunidad internacional para lograr una solución que está en la Constitución y que pasa por el ejercicio del voto».
«Lo que queremos es una intervención más activa de las cancillerías, que a través de los distintos mecanismos que hay en la región, la OEA, Mercosur, Unasur, se tomen en serio el caos que vive en el país», apostó Borges.
Finalmente el diputado insistió que en Venezuela hay «un problema de violencia, de impunidad muy grave. El Gobierno de Maduro se ha convertido prácticamente en un santuario para problemas tan graves como el terrorismo, el narcotráfico».
La respuesta de Maduro ante las sanciones hacia El Aissami
El Tesoro estadounidense emitió sanciones contra El Aissami, abogado de 42 años de ascendencia sirio-libanesa, luego de acusarlo de facilitar, proteger y supervisar el envío de droga desde Venezuela a México y Estados Unidos.
Participación que habría tenido mientras ejercía como ministro de Interior (2008-2012) y gobernador del estado Aragua (2012-2017). Sin embargo, Maduro aseguró que, como ministro, El Aissami logró la captura de 102 capos y la extradición de 21 a Estados Unidos, lo que le valió felicitaciones de ese país.
«Recibo esta miserable e infame agresión como un reconocimiento a mi condición de revolucionario antiimperialista», tuiteó más temprano el funcionario, tras el congelamiento de los bienes que puedan poseer en territorio estadounidense él y el empresario Samark José López Bello, su supuesto «testaferro».
Las sanciones prohíben a cualquier ciudadano o compañía estadounidense negociar con ellos y 13 empresas.
«Es como una venganza del narcotráfico, sumado a la ultraderecha venezolana que se fue a Washington a pedir estas medidas», denunció Maduro en un Consejo de Gobierno.
Durante su intervención, El Aissami, sin gesticular, no le quitó la mirada. El discurso terminó con aplausos al vicepresidente y apretones de manos.
Maduro aseguró que las sanciones forman parte de una campaña para enfrentarlo con el presidente Donald Trump, detrás de la cual está la «ultraderecha venezolana» y la cadena CNN.
«Están atacando a un país, a una revolución y el objetivo final soy yo», afirmó el presidente, reiterando lo dicho en un comunicado de la cancillería, según el cual la acusación pretende apoyar planes golpistas.
El presidente venezolano enfrenta una caída en picada de su popularidad por una severa crisis económica, con una aguda escasez de alimentos y medicinas y una inflación proyectada por el FMI en 1.660% para 2017.