La hija favorita del presidente estadounidense, Ivanka Trump, ha causado polémica en las redes sociales después de poner en Twitter, Instagram y Facebook una fotografía suya sentada en el sillón presidencial en el Despacho Oval con su padre de pie a un lado y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, al otro.
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«Buen debate con dos líderes mundiales sobre la importancia de que las mujeres tengan un asiento en la mesa», escribió Ivanka en sus redes sociales.
El problema radica en que hasta la fecha, pocas personas que no fueran presidentes habían contado con el permiso de sentarse en el sillón del Despacho Oval para ser fotografiado. Por lo general menores de edad, como hijos de presidentes, o niños que visitaban la Casa Blanca, como el caso de Robby Novak, apodado «El niño presidente» por su vocación política y su precocidad. En una visita a Washington en 2013 Obama le dejó hacerse una foto con el teléfono en la mano.
Incluso, son pocos los presidentes que se han sentado ante el actual escritorio del Despacho Oval: John F. Kennedy, Jimmy Carter, Ronald Reagan, Bill Clinton, George W. Bush, Barack Obama y ahora, Donald Trump.
