Jeffery Scott Lytle tenía todo pensado. Había conversado previamente con un asesino a sueldo para concertar la muerte de su esposa y así cobrar el millón de dólares que le daría el seguro, dinero que compartiría con el sicario. Incluso, le dio su autorización de matar a su hija de 4 años, también con el fin de obtener el botín del seguro.
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Sin embargo, cometió un error que lo llevó a la cárcel sin poder lograr su cometido: le envió un mensaje a la persona equivocada.
“Hey Shayne ¿como va? ¿Te acuerdas que me dijiste que me ayudarías a matar a mi mujer. Te voy a aceptar la oferta?”, señaló en el escrito el hombre sin darse cuenta que el destinatario era su ex jefe, el cual decidió alertar de manera inmediata al sheriff del condado de Snohomish.
“Yo voy al trabajo a las cinco de la mañana. Mi mujer se va al trabajo a las 2:00 pm así que si puedes hacer que parezca un robo fallido o un accidente”, fue otro de los mensajes de Lytle, el cual fue arrestado por solicitud de asesinato.
Ante la policía, el hombre negó tener intenciones de matar a su esposa, asegurando que el mensaje era un desahogo tras una discusión con la mujer, escrito que dejó guardado y que posiblemente su hija lo envío sin querer mientras jugaba con su celular.
Finalmente, quedó en prisión preventiva en donde paradójicamente le fijaron una fianza de un millón de dólares, el mismo dinero que esperaba ganar con el asesinato de su cónyuge.
