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Cierra la campaña electoral más atípica de los últimos años en Ecuador

Este domingo el pueblo ecuatoriano se dirigirá nuevamente a las urnas para elegir al sucesor de Rafael Correa. Las encuestas previas ubican al oficialista Lenin Moreno en el primer lugar, pero habría segunda vuelta.

Los cuatro principales candidatos a suceder al socialista Rafael Correa en Ecuador cierran este jueves por la noche la campaña electoral más atípica de los últimos años: es la más insípida, la que tiene más indecisos y la que prevé resultados más ajustados.

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A tres días de que los ecuatorianos vayan a las urnas, el oficialista Lenín Moreno, el mejor valorado en los sondeos, con alrededor del 32% (según la consultora Cedatos), liderará una caravana que terminará con un mitin en un conocido centro de enseñanza en Guayaquil (suroeste), capital económica y la ciudad con mayor población del país andino.

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También en esta ciudad portuaria, el ex banquero conservador Guillermo Lasso (segundo, con 21,5%) dará una rueda de prensa con medios internacionales y un acto en el Centro de Convenciones Simón Bolívar, mientras que la ex diputada derechista Cynthia Viteri (tercera, con 14%) ofrecerá una rueda de prensa en un lujoso hotel y terminará la jornada con una larga caravana.

El ex militar de centroizquierda Paco Moncayo (cuarto, con 7,7%) cerrará con un recorrido y un mitin en un barrio al norte de la capital.

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Para ganar en primera vuelta en las elecciones de Ecuador -a las que Correa, en el poder desde 2007, declinó presentarse-, el candidato más votado necesita el 40% de los votos (descontados los blancos y los nulos) y una diferencia de 10 puntos respecto al segundo candidato.

– Sin atractivo –

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Acostumbrado a ganar con holgura prácticamente todos los procesos electorales, el correísmo llega a los comicios de este domingo lastrado por la crisis económica, el descontento de las clases medias tras el fin de la bonanza petrolera y el desgaste por tantos años de enfrentamiento de Correa con varios sectores, como los indígenas, los ambientalistas y los medios de comunicación.

Pese a que los siete candidatos tenían el escenario más propicio para derrotar al correísmo y darle otro golpe a la izquierda latinoamericana, analistas aseguran que ha sido la campaña más errática y desabrida de los últimos años.

Y en las calles casi no se ha percibido el ambiente electoral.

«El país se acostumbró a un liderazgo personalista muy fuerte, el de Correa, y la comparación les perjudica a los ocho candidatos, incluido el del gobierno», explica a la AFP el politólogo Simón Pachano.

«Además, estaba previsto que la campaña se definiera entre correísmo y anticorreismo, pero la debilidad del candidato correísta y la división entre los candidatos anticorreistas lo desdibujó todo», agrega el experto de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

– Los indecisos, clave –

El hecho de que tan cerca de la jornada electoral haya tal número de indecisos, entre 30 y el 35% según los sondeos, es algo muy poco habitual en la historia reciente de Ecuador.

«No recuerdo que haya habido tanta incertidumbre en una elección. El propio Lenín Moreno genera confusión, incertidumbre. Su mensaje no ha sido claro. Al principio se presentó como ‘descorreizador’, como el de la mano tendida, pero en las últimas semanas se fue reencontrado en el relato correísta», opina el analista político Franklin Ramírez.

Otra teoría apunta a que gran parte de los indecisos se corresponden con electores anticorreistas que están esperando para darle el voto al opositor que a última hora esté mejor posicionado para ir a segunda vuelta contra el correísmo, como una forma de castigo.

«Estas elecciones van a ser también una especie de primarias de la derecha», agrega Romero.

También la indecisión es producto de recientes casos de corrupción, como el de la petrolera estatal Petroecuador, que implicó a un exministro de Correa, y el de los supuestos sobornos de Odebrecht a funcionarios ecuatorianos, por valor de 33,5 millones de dólares.

«Estos casos no han golpeado a la campaña, pero han servido para que el tema de la corrupción se instale como tema en la política ecuatoriana», opina Paulina Recalde, gerente general de la encuestadora homónima.

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