Corea del Norte celebra el 75 aniversario del nacimiento del ex líder Kim Jong-il, una de las mayores festividades en el país asiático y que este año tiene lugar tras la última prueba de misiles del régimen y el asesinato del hermano del actual líder.
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Como es tradición, Kim Jong-un visitó a medianoche el Palacio del Sol de Kumsusan en la capital norcoreana, y realizó una solemne ofrenda floral ante los cuerpos embalsamados de su padre y su abuelo, Kim Il-sung, fundador del país y de la dinastía en 1948.
Kim recorrió junto al número dos del régimen, Hwang Pyong-so, una estancia del Palacio donde se exponen coches, un vagón de tren e incluso un barco que su padre utilizó para sus viajes dentro y fuera del país, según recogió la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte.
Además, con motivo del llamado «Kwangmyongsongjol» (el «Día de la Estrella Brillante»), se inauguró en el distrito de Taedonggang de Pyongyang un festival de flores «Kimjongilia», híbrido creado expresamente por un botánico japonés, que atrajo a una gran cantidad de público.
Así, apenas se podía caminar por el Centro de Exhibición de la Kimilsungia y la Kimjongilia, lugar que albergará durante los próximos cinco días una muestra compuesta por más de 30.000 flores cultivadas y donadas por 87 organizaciones nacionales y extranjeras.
También se celebraron bailes masivos en la plaza Kim Il-sung, en la Avenida Munsu frente al monumento de la fundación del Partido de los Trabajadores o junto al Gimnasio Nacional, al tiempo que recintos de ocio como el parque acuático de la ciudad o el centro recreativo de Rungra rezumaban ambiente festivo y buen humor.
La festividad nacional quedará coronada por un espectacular despliegue de fuegos artificiales frente al río Taedong, la principal vía fluvial que atraviesa la capital norcoreana.
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Este año el régimen prolongará las celebraciones hasta el día 17 en honor del conocido en el país como «Querido líder», que gobernó Corea del Norte con mano de hierro entre 1994 y 2011.
Pese a que continúan aflorando detalles de un suceso plagado de incógnitas, Corea del Sur, que técnicamente sigue en guerra con su vecino del norte, se ha apresurado a responsabilizar indirectamente al régimen que lidera Kim Jong-un de haber purgado a su medio hermano, Kim Jong-nam, hijo mayor del hoy homenajeado Kim Jong-il.
El hermético país también parece mostrarse indiferente estos días a la tensión desatada por el misil balístico de medio alcance que lanzó hace apenas tres días al Mar de Japón y que deparó una nueva condena unánime del Consejo de Seguridad de la ONU.