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Historias de la reconstrucción: esperanzas y sueños de chilenos que lo perdieron todo

Los incendios forestales que durante enero devastaron la zona centro sur del país dejó a varios compatriotas damnificados. Publimetro en una alianza con el Hogar de Cristo se suma a la campaña solidaria “Juntos por Chile” que busca reunir mil millones de pesos para entregar viviendas nuevas, junto a un kit de equipamiento. Esta semana, les contamos las historias de cuatro personas que están luchando por reconstruir sus vidas.

Los incendios forestales arrasaron con todo lo que construyeron, pero no mermó en sus sueños y esperanzas de un mejor futuro. Son las historias de chilenos de las localidades de Las Corrientes y Santa Teresa de Quiahue (Lolol), que resultaron damnificados por el devastador paso del fuego que arrasó con más de 500 mil hectáreas en las regiones de O’Higgins, Maule y Biobío.

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El Hogar de Cristo explicó que a través de la campaña “Juntos Por Chile”, busca recaudar mil millones de pesos, para la reconstrucción y para entregar kit de equipamiento para el hogar, consistente en un comedor para cuatro personas, dos camarotes, cuatro colchones, cuatro juegos de sábanas, cuatro cubrecamas, cuatro almohadones, ocho frazadas, una cocina a gas, batería de cocina, juego de loza, set de vasos, servicios y un balón de gas, para poder administrar los aspectos básicos de la vida cotidiana.

Quienes deseen colaborar en al campaña del Hogar de Cristo, pueden hacerlo en la Cuenta Corriente N° 40001024 del Banco Bci en todas las sucursales del país, RUT BCI: 97.006.000 – 6 y mail hcristo@hogardecristo.cl

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Loreto Lara Peñaloza: «Lo perdimos todo»

Santa Teresa de Quiahue (Lolol)

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En una localidad cercana a la Región del Maule, se encuentra el sitio de la familia Lara Peñaloza. En la cima de uno de los montes que rodea a la comuna de Lolol, custodiado por bosques, se ubica el villorrio llamado Santa Teresa de Quiahue. Allí el incendio no dio tregua y arrasó con todo a su paso. 40 años de historia que terminaron en cenizas.

Los Lara Peñaloza son una familia grande: consta de ambos padres y seis hermanos. Solo las dos hermanas viven ahí. Loreto con su hijo de 17 años y Bárbara con su esposo, su hija de cuatro años y un hijo que viene en camino.

El incendio los dejó otra vez de brazos cruzados. Otra vez, porque su casa ya había resultado destruida para el terremoto del 27F de 2010. “De un minuto a otro se quemó todo”, dijo Loreto. Ese día, recordó, el fuego se veía lejos y nunca pensaron que las llamas alcanzarían su casa. De hecho, contó que se fue a trabajar como cada día y que su hermana Bárbara acudió a Lolol a un control de embarazo.

Aunque alcanzaron a sacar algunas cosas, no pudieron hacer mucho y estuvieron hasta que las llamas ya los quemaban. Sus vecinos, una pareja de ancianos de 80 años, también tuvieron que ser sacados, a pesar de la reticencia de don Miguel, el dueño de casa. Todos, se fueron a la sede social que está ubicada a unos kilómetros de su casa.

Llegó bomberos, pero ellos no pudieron quedarse debido a que surgió otra emergencia en la zona. «Lo perdimos todo. Mi sobrina lloraba por la pérdida de su casa y de su casita de muñecas», recordó Loreto.

Hoy han recibido ayuda de privados, Techo y Hogar de Cristo. Ya tienen construida su casa de emergencia y el kit de vivienda. Ambas hermanas y los vecinos están sorprendidos de la gran cantidad de gente que los ayudó desde un comienzo. Cuentan que llegaron caravanas de lugares lejanos, del norte y del sur de Chile, de chilenos y extranjeros. «Estamos más esperanzados», aseguró Loreto.

 

Ingrid Rojas: «Estamos con la ilusión de recomenzar»

Directora Escuela de Las Corrientes

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En Constitución, ubicada a 30 kilómetros de distancia, se encuentra la localidad de Las Corrientes. La profesora Ingrid Rojas, que vive en Talca y viaja todos los días a su trabajo, se desempeña hace 9 años como directora de la Escuela Rural del sector, que también es un pequeño internado. El colegio, que atiende a 102 niños, entre prekinder y octavo básico, quedó destruido.

Rojas se enteró por televisión y, a través de una amiga, que el fuego estaba cerca de su colegio. No era la primera vez que un incendio amenazaba su escuelita. En 2015, luchó junto a vecinos, profesores y auxiliares para detener el fuego, salvar la escuela y permitir que los niños de la zona asistieran con normalidad a clases, porque además disponen de un pequeño internado.

Pero esta vez fue diferente. El fuego no pudo ser controlado y en menos de una hora, se enteró que  su colegio se había quemado casi entero. «Sólo sobrevivieron algunas salas, las que estaban más a maltraer. Se quemaron las salas principales, las que estaban mejor equipadas y más operativas para sus estudiantes», explicó.

Lo peor de todo, recuerda, es que vio quemada las casas de sus niños y su escuela. Le tocó ver la pena de sus apoderados y niños que tuvieron que dejar Las Corrientes para estar mejor, aunque hubo algunos que se quedaron y, actualmente, están durmiendo en carpas. «Me sentí desolada cuando vi a mis niños escarbando entre las cenizas buscando algo a que aferrarse, yo me derrumbé», contó

De los 102 alumnos de la escuela, 19 perdieron sus casas. Cuenta que hoy las familias están regresando de a poco, por lo menos los adultos. Están recibiendo la ayuda que están entregado diversas organizaciones. «Estamos más tranquilos y con la ilusión de recomenzar», dijo.

Su escuela está siendo reconstruida gracias a los aportes donados a la campaña Juntos por Chile realizada por Hogar de Cristo y diversos medios de comunicación.

 

Herta Sandoval: «No se olviden de nosotros»

Sector Las Corrientes

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Herta es dueña de casa y vive hace años en el sector de Las Corrientes. Su marido trabajó como temporero en empresas de madera y barracas de la zona. Dos de sus cuatro hijos van al colegio de la localidad, que resultó también completamente destruido. Están en séptimo básico y cuarto medio.

El día del incendio, estaba toda la familia reunida en su casa.»Pasaron los militares avisándonos que teníamos que escapar porque el fuego estaba muy próximo. No alcanzamos a sacar casi nada. Solo pude tomar mi cartera», contó.

Mientras el fuego devoraba su casa, Herta se quedó junto a su familia, en la carretera, abordo de una camioneta. Luego, donde unos amigos, donde pasó la noche.

A los pocos días, Herta regresó con una vecina a ver como estaba su vivienda y si había quedado algo para rescatar. Cuando llegó al lugar, quedó impactada. Se encontró con toda su casa quemada, al igual que la de sus vecinos. También advirtió que se quemó el colegio de sus hijos.

Además de estar damnificada, el marido de Herta se encuentra actualmente sin trabajo, porque la empresa también sufrió daños a causa de los incendios. Su familia está a la espera del Kit de Hogar de Cristo y que Desafío Chile le ayude a reconstruir su vivienda.

«No se olviden de nosotros», pidió Herta, quien aún pide apoyo para volver a levantarse.

 

auno756048-0d2c21a570cb35f985ef98b0411b462a.jpg (Rodrigo Saenz/Rodrigo Sáenz)

 

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