El secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, y su homólogo chino, Wang Yi, se reunieron la mañana de este viernes en el marco de la cumbre del G20 en Bonn, Alemania, para discutir previsiblemente sobre los asuntos que causan fricción entre ambas potencias, tales como Taiwán, las islas en el mar de China Meridional o el comercio.
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La presencia del ministro chino en el G20 y más aún, el encuentro con su homólogo estadounidense, parecían poco probables por las tensas relaciones entre Pekín y Washington, luego que el gigante asiático mostrara su molestia luego que Trump pusiera pusiera en duda el principio de una «única China», el que proscribe todo contacto diplomático entre países extranjeros y Taiwán, considerado por Pekín como una de sus provincias.
Pero el presidente estadounidense no ha sido el único en enfurecer al régimen comunista: Tillerson también contribuyó, amenazando con un bloqueo para impedir el acceso del país a las disputadas islas en mar de China Meridional. Según la prensa china, esto podría provocar incluso un «enfrentamiento militar».
Por último, sobre el plano comercial, China se ha convertido en el objetivo preferido de la administración Trump, que acusa a Pekín de destruir puestos de trabajo en Estados Unidos con sus baratas exportaciones y amenaza con tomar medidas proteccionistas.