El «Barco abortista» de la ONG holandesa Women On Waves, que atracó en Guatemala la noche del miércoles como parte de una campaña para reivindicar la interrupción del embarazo, tendrá que abandonar el país durante esta jornada.
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“Estamos muy decepcionados por la actitud de la Administración Portuaria. No sabemos quién es responsable de negarnos acceso al muelle”, declaró a la prensa la líder de la ONG holandesa Women on Wave (Mujeres sobre las olas), Rebeca Gomberts. Esto, luego de que autoridades guatemaltecas negaran el desembarco de los pasajeros del barco de la organización por la salud de las mujeres, que practica abortos seguros en aguas internacionales.
Según explicó un coronel del Ejército de Guatemala en el anonimato a la agencia EFE, el muelle donde está atracado el barco es privado y que el dueño solo les aceptó el pago de la pasada noche, por lo que hoy deberían abandonar las instalaciones o incurrirían en otro delito.
El Código Penal de Guatemala permite el aborto sólo cuando la vida de la mujer está en riesgo. Sin embargo, según el Instituto Guttmacher, en el país se ejecutarían unos 65.000 abortos ilegales e inseguros al año, poniendo en riesgo la salud y la vida de las mujeres.
Además, aproximadamente unas 21.600 mujeres son hospitalizadas con complicaciones por abortos inseguros, los que constituyen la tercera causa de muerte materna en el país.
Controversia por los abortos en el mar
La controversia por el arribo del navío, que puede proporcionar a las mujeres abortos médicos legales gratuitos hasta con 10 semanas de embarazo en aguas internacionales, se hizo notar en las redes sociales.
Este jueves la organización realizó una conferencia de prensa en San José de Guatemala, donde las portavoces criticaron a las autoridades de Guatemala por intentar impedir su atraco en aguas de ese país. Una de las tripulantes, la brasileña Leticia Zenevich, argumentó que “es una embarcación con bandera de Austria y tripulación de Holanda. Estamos con todos los requisitos de ley”.
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La conferencia fue interrumpida por activistas católicos, mientras que tanto el Movimiento Evangélico Nacional de Acción Pastoral como el diputado conservador, Rodrigo Valladares, efectuaron denuncias contra Women OnWave por realizar “prácticas abortivas”.
Incluso, un buque militar guatemalteco ancló junto al barco para cautelar sus actividades, mientras se esperan reacciones del presidente de Guatemala, Jimmy Morales.
Unas 6 personas -entre ellos dos hombres, permanecen dentro del yate, anclado en el muelle del Puerto San José, con la prohibición de salir de la embarcación, pues ante Migración se declararon turistas y no como «una organización de la salud», según explicó el militar a Efe.
Es por ello que habría incurrido en un delito de «falsedad de identidad», motivo por el que fue interpuesta una de las denuncias, según señaló el coronel, quien agregó que una lancha de la Base Naval del Puerto de San José vigila la embarcación para que nadie suba abordo, pero enfatizó en que los militares tampoco pueden abordarla.
La soberanía del barco
De acuerdo a los tratados internacionales, la aplicabilidad de la legislación de cada país se extiende sólo a las aguas territoriales. Fuera de ese radio de 12 millas, la ley que se aplica a bordo del barco es de acuerdo a la ley de la procedencia del navío, es decir, la embarcación estaría bajo la ley austríaca, la que permite la práctica del aborto. Por lo tanto, las labores que realizaría Women On Wave serían legales y permitidas.
El barco es una de las diversas iniciativas que lleva a cabo la ONG holandes, la que que funciona hace 10 años en el mundo. Entre estas se encuentran los “drones abortivos”, los que han lanzado pastillas de Misoprostol y Mifepristona en Irlanda, por ejemplo.
Además de líneas telefónicas de información sobre aborto seguro en Europa, África y Latinoamérica, incluyendo Chile, así como también el servicio de aborto medicinal en línea, que entrega información sobre cómo hacer aborto con pastillas en países donde éste es ilegal.
La organización asegura que todo es legal, que por ahora solo se ha brindado información y que en caso de que una mujer desee abortar se haría en aguas internacionales, con un método «legal y seguro» fuera del territorio guatemalteco.
El equipo médico del navío, que llegó de México, y los guatemaltecos que colaboran a título individual, informan a la mujer y proporcionan, en el caso de quererlo, una píldora para el aborto, y en unas cuatro horas la nave está de regreso en tierra.
Si las autoridades hacen efectiva la expulsión este viernes de la embarcación, una patrulla del Ejército escoltará al yate hasta aguas internacionales para constatar que abandona las guatemaltecas.