El presidente de la Corte Suprema, Hugo Dolmestch, sostuvo que “ningún preso debe morir en la cárcel, un mínimo de respeto de la dignidad humana está en permitirle una muerte digna y rodeada de su familia».
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Esto, a raíz del fallecimiento del carabinero Gustavo Muñoz, quien fue sentenciado por la justicia a 10 años de cárcel por el homicidio y secuestro calificado del militante socialista, Cesar Ávila.
Según versiones de familiares del uniformado en retiro, Muñoz habría dejado de existir con grilletes en el Hospital de Carabineros, hecho que fue desmentido por Gendarmería.
En este sentido, Dolmestch afirmó al diario La Tercera que algunos reclusos mienten o les pagan a doctores para exagerar sus estados de salud, pero «hay gente que sencillamente de mirarla uno ve que no tiene ninguna posibilidad de vivir”.
“Yo creo que no debiera haber en nuestras cárceles gente que muera allí. Me parece triste lo que pasó con este señor y su familia», remarcó.
En otro tema, consultado sobre el incremento de las cárceles para mejorar el hacinamiento que vive la población penal, el magistrado indicó que “es una solución para los jueces, porque tienen dónde mandar gente. Lo otro sería aumentar el hacinamiento”.
“Entonces, para evitar aquello, claro que es bueno construir más cárceles, pero yo estoy más preocupado de la rehabilitación real, que es buscar trabajos», señaló.