El Seven Spings Golf Club de Florida debió frenar por un minuto su funcionamiento debido a la presencia de un indeseado invitado: un cocodrilo.
PUBLICIDAD
El recinto ubicado en Estados Unidos fue el que escogió el reptil para vivir un día de picnic, ya que no llegó solo pues traía un gigantesco pescado en su hocico, listo para ser devorado.
«Esto es increíble, nunca he visto algo así ante antes», señaló Norma Respess, quien logró inmortalizar la escena.
Los golfistas quedaron atónitos mirando la escena, mientras que la mujer decidió tomarse con humor el asunto. «Me alegro de que hayas conseguido al pescado y no a mí», le indicó al cocodrilo.