Entre el horror y la indignación, los guatemaltecos pedían justicia e investigar la muerte de 37 muchachas en un incendio de un hogar juvenil señalado por denuncias de abusos sexuales.
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«¿Cómo no se pudieron dar cuenta para poder salvarlas a tiempo si el humo se ve al instante?», expresó a la AFP, en la morgue de Ciudad de Guatemala, el tío de una menor de 15 años originaria del departamento oriental de Jutiapa, cuyo cuerpo fue identificado con pruebas de ADN.
La información sobre lo que sucedió en ese centro de acogida para adolescentes, que depende del gobierno, llega a cuenta gotas y es brutal.
El presidente, Jimmy Morales, anunció el cierre temporal del hogar, mientras decenas de manifestantes realizaron vigilias con velas y protestaron en el centro de la capital al denunciar que la tragedia era un «crimen de Estado».
Según el último balance, el jueves en la noche, 37 jóvenes, de entre 14 a 17 años, fallecieron en el incendio registrado en la mañana del miércoles en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, en San José Pinula, a 10 km de la capital.
Lucas Nájera, de 76 años, un vendedor de periódicos y abuelo de una menor de 14 años herida, ironizó diciendo: «se llama Hogar Seguro, pero ¿dónde está lo seguro? Segura solo la muerte que se las llevó».
En el incendio murieron inicialmente 19 jovencitas y las demás después en dos hospitales públicos. Se presume que el incendio fue provocado por las propias internas para denunciar abusos sexuales y otros atropellos, según una de las hipótesis que maneja la Procuraduría de los Derechos Humanos.
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La Procuraduría afirma que las niñas estaban encerradas bajo llave en un salón cuando se desató el incendio.