El alza de $30 que debería experimentar la tarifa del Transantiago, según una auditoría internacional solicitada por el Ministerio de Transportes a la consultora estadounidense Embarq, aparece como posible solución frente el deficit estructural que posee el sistema. Dicha situación divide a los expertos, quienes se debaten entre los distintos escenarios que debiera discutir la autoridad para reestructurar al transporte público capitalino de superficie, y así rescatarlo de la crisis que padece desde su génesis.
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Para el académico y otrora director de Metro, Louis de Grange, el escenario requiere cambios drásticos al asegurar que el Transantiago «no es sustentable y nunca lo ha sido». «Todos los indicadores desde hace ocho años, y en particular los últimos tres, se han deteriorado». Esto último, según el experto, demuestra que la gestión del renunciado ministro Andrés Gomez-Lobo «fue la peor de la era Transantiago».
De acuerdo a De Grange, se debe modificar la estructura del sistema. «Las Líneas 3 y 6 más el tren Rancagua Express, ayudarán. Sin embargo, se necesita construir a la brevedad la Línea 7 en paralelo a la Linea 1 y, al mismo tiempo, expropiar los terminales de buses y reducir el tamaño de las empresas. Con esos cambios haces el servicio sostenible», expresó.
«Transantiago no es sustentable y nunca lo ha sido», según el experto en transporte de la Universidad Diego Portales, Louis De Grange.
Consultado sobre los nuevos contratos para operadores, De Grange es enfático en señalar que estos «son irrelevantes, mínimos», dado que no generarán un gran cambio al sistema.
«Mantendrán a los mismos operadores actuales. Se aumenta sólo de 4 a 6 el número así que es irrelevante. El Transantiago comenzó con 14 empresas. Los nuevos contratos no garantizan nada, se necesitan 30 operadores», increpó.
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Según Genaro Cuadros, representante de la Mesa Social por un Nuevo Transantiago, el único cambio sustantivo posible «es hacer público el transporte como en los países desarrollados». No obstante, remarco, dado que el chileno es un modelo «híbrido» que incluye al sector privado, hoy se deben enfrentar dos problemas de fondo: «El financiamiento y la evasión», aseguró.
«El sistema como fue concebido y se ha trabajado requiere un modelo de subsidio público y el Estado debe ser capaz de mantenerlo. Esto le permite a la ciudadanía -al ser financiado con fondos públicos- jugar un rol en el monitoreo y control de este», afirmó Cuadros. Al respecto, señaló que un nuevo alza en el transporte debiera implicar una mejoría en la calidad, aunque enfatiza que más allá de ello, para aumentar los recursos es necesario «mejorar la forma en que se sanciona, persigue y asegura la evasión». «Hasta el momento su control está entregado a las empresas y es evidente que no han sido capaces de enfrentar este fenómeno», añadió.
El presidente de la Comisión de Transporte de la Cámara de Diputados, Mario Venegas (DC), explicó a Publimetro que desde el Congreso los esfuerzos que se han realizado en materia de subvención apuntan a no cargar a la ciudadanía con un aumento del precio. Pese a ello, y de acuerdo al deficit de recursos que afecta al sistema, asume complejo impedir un alza mediante un aumento en el subsidio vía Ley. «Hay un cuestionamiento bastante serio a los miles y miles de millones de pesos que estamos transfiriendo al Transantiago. El dinero tiene un uso alternativo que significa dejar de hacer muchas cosas en regiones. Será necesario que las autoridades, la nueva ministra -Paola Tapia- y su equipo, traigan esta discusión a la Cámara para analizarla», especificó.
