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Joven mapuche baleado en Collipulli: peritaje PDI mostraría contradicciones en versión de Carabineros

“Yo arreglaba la correa con mis dos manos (quedando la escopeta suelta y colgando por gravedad) cuando sentí que se produjo el disparo”, declaró el sargento segundo.

El 20 de diciembre pasado, un tiro de perdigones percutado desde la escopeta del sargento segundo de Carabineros Cristian Rivera, impactó en la espalda de Brandon Huentecol Hernández y provocó graves daños en el joven mapuche.

Tras más de cuatro meses desde el confuso incidente ocurrido en la zona de Curaco, Collipuli, en La Araucanía, Publimetro tuvo acceso exclusivo a los peritajes que realizó la Policía de Investigaciones durante la reconstitución de los hechos. Las conclusiones de estos documentos demuestran claras contradicciones entre los efectivos presentes en el hecho.

Según el informe pericial balístico, emitido el 6 de enero de 2017 por la Brigada de Homicidios de Temuco, ninguno de los testimonios entregados por los seis Carabineros involucrados en el hecho, incluido Rivera, coincide con el análisis elaborado a partir de las heridas de Brandon y la reconstitución de escena realizado el 30 de diciembre.

Las versiones coinciden que los efectivos procedían a detener a un grupo de personas. No obstante, no son iguales al señalar cómo se involucraron los hermanos Isaías y Brandon Huentecol. Este último, luego de un forcejeo, terminó boca abajo y custodiado por el sargento, quien finalmente percutaría el tiro.

Según el cabo segundo Juan Colicheo, Rivera forcejearía con Brandon lo que provocaría que la correa del arma del suboficial se rompiera.

Sin embargo, el aludido sargento no señala lo mismo y asevera que la correa no se rompería tras la disputa con Brandon sino con Isaías, su hermano.

«Yo arreglaba la correa con mis dos manos (quedando la escopeta suelta y colgando por gravedad) cuando sentí que se produjo el disparo», declaró.

De acuerdo a esta declaración y a la ubicación en que dijo se encontraba el responsable, la conclusión de la PDI señaló que su versión «no es balísticamente aceptable ni desde la distancia ni en cuanto a la forma de apuntar el arma».

«Se desprende que al momento del disparo, el sargento Rivera se encontraba ubicado en una posición a la derecha y hacia los muslos de Brandon Hernández, con la escopeta describiendo un ángulo ligeramente mayor de 45 grados (…) la distancia entre el boca de arma y el cuerpo debió oscilar alrededor de 50 cm de la zona de la cadera», señala el informe.

La versión de Colicheo tampoco coincidió con los peritajes, pese a ser aceptable en cuanto a la trayectoria del proyectil, «no es aceptable en cuanto a la posición del tirador».

Pese a las indagatorias, Cristian Rivera permanece en libertad a la espera de su formalización.

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