A propósito del debate que se ha dado por los indultos a presos enfermos terminales, y por los casos de militares condenados por violaciones a los DD.HH. que han solicitado el beneficio presidencial, el ministro de Justicia, Jaime Campos, señaló que «no ha habido demora ni desidia en la forma en la que el ministerio ha tratado los indultos. Hay un procedimiento, una vez que se cumple llega al ministro y resuelve».
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“Yo creo que todos los condenados tienen derecho a morir con dignidad, todo el mundo, porque el derecho a morir con dignidad es un derecho humano», aseveró el ministro.
“Entiendo que hay opiniones diferentes y que hay gente que me dice que sí y que algunos pueden decir ‘pero esto no es aplicable a los delincuentes de lesa humanidad’ y es legítimo, o como posiblemente va a aparecer la víctima de un delito de violación y me va a decir: ‘pero los violadores…’ Y lo tendrá que resolver el Congreso en su minuto».
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Campos, en entrevista concedida a radio Cooperativa, sostuvo que como el caso de los enfermos terminales que se están presos no es una materia regulada, diversas ocasiones los abogados recurren a la figura del indulto. «Como no existe norma, los abogados cuando se enfrentan a esta situación recurren al procedimiento del indulto particular, que es otra cosa y está concebido para otras hipótesis y por eso que se confunden», recalcó.
También precisó que «el indulto es un acto personalísimo, solo lo puede presentar el interesado. Si ustedes investigan se van a encontrar que en la mayoría de estas solicitudes de indulto, que son hechos mediáticos más que hechos jurídicos, las presentan abogados sin que conste la representación o el mandato que les ha dado el que debió haber presentado el indulto (…) No me gusta el proceso del indulto, porque es un procedimiento torcido, a la chilena, es como un arreglín para llegar a lo otro».
La discusión al tema de los indultos se reavivó luego de que el sábado último, el exsargento de Carabineros Pedro Vivian Guaita, que cumplía condena por el secuestro calificado del dirigente del PC Pedro Acevedo, murió en el hospital de Dipreca, esperando la respuesta al indulto presidencial que había solicitado en diciembre.