Comienza ese período de dos años donde debe de consumarse todos los detalles de la ruptura y si es posible construir un nuevo tipo de acuerdo.
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Algunos lo llaman «el divorcio más complejo de la historia», porque hay que deshacer 44 años de matrimonio, y como en toda separación, lo más espinoso es el dinero y los hijos, a lo que se suma el hecho de que no hay precedentes, no se sabe muy bien cómo va a ser el proceso.
-Fechas clave-
Los mandatarios europeos tienen previsto establecer sus grandes líneas de negociación el próximo 29 de abril en una cumbre en Bruselas, sobre la base de la propuesta que Tusk les presentará antes del viernes.
Las negociaciones propiamente dichas empezarán a finales de mayo, principios de junio, y el primer cara a cara entre May y los líderes de los 27 será el 22 de junio.
May quiere una ruptura neta y renunciará al mercado único para poder controlar la inmigración, lo que ha despertado preocupación en sectores estratégicos como la banca y los constructores de automóviles, muy dependientes de sus negocios en la UE.
En cambio, el principal negociador europeo, Michel Barnier, pretende que los tres millones de ciudadanos europeos en Reino Unido conserven sus derechos.
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Sin embargo, la cuestión que protagonizará el inicio de las conversaciones será la factura a pagar por el Reino Unido. Aunque todavía no hay cifra oficial, se estima que los compromisos presupuestarios adquiridos por Londres ascienden a hasta 60.000 millones de euros (64.000 millones de dólares).
El ministro de Finanzas, Philip Hammond, admitió a la BBC que habrá que pagar -«no se puede tener todo»-, pero discrepó del montante, atribuyéndolo a una estrategia: «después de todo, esto es una negociación».
-Puntos de negociación-
Todo eso sin hoja de ruta, viajando en la niebla, lo que está desencadenando una gran cantidad de inquietudes y confusión, con el añadido de que Escocia va por un nuevo referéndum de independencia.
Está por ver qué va a pasar con los tres millones de ciudadanos europeos que ya viven en Reino Unido y con el millón de británicos que viven en la UE y con la City de Londres.
A parte de la negociación con los 27 estados miembros, Theresa May tiene dos años para introducir legislación que derogue las leyes europeas y las convierta en británicas, lo que se conoce como «la propuesta de ley para la gran derogación», un proceso complicadísimo, dado que las leyes europeas lo regulan todo, desde el tráfico aéreo, hasta la pesca, pasando por la calidad del agua y las medicinas.
-¿Mucho para dos años?-
Algunos expertos estipulan que se necesitarían entre 5 y 10 años para llegar a un acuerdo.
En el caso de llegar a un acuerdo, este tendrá que ser aprobado por una mayoría del 72% de los países de la UE, esa mayoría debe representar al menos el 65% de la población de la UE, y tendrá que someterse a votación en el Parlamento británico
¿Y si no hay trato? el plazo sólo puede extenderse por unanimidad de la UE. Si no hay acuerdo y no se amplia el plazo de las negociaciones, el Reino Unido tiene que abandonar automáticamente la UE y todos los acuerdos existentes dejan de tener efecto, llegando a lo que se conoce como «el escenario del precipicio», y signifca que para hacer negocios con la UE tendrán que pagar aranceles como hace el resto del mundo.
Se presentan dos años muy tensos y hay mucho más que dinero en juego: el futuro de la UE