El proceso podría costarle el cargo a Temer, quien se encuentra en el poder desde el pasado agosto, cuando Rousseff fue destituida en un juicio político por unas irregularidades en las cuentas públicas.
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La máxima autoridad electoral fijó para el martes 4 de abril el inicio del juicio, el cual contará con cuatro sesiones plenarias para la evaluación del proceso, todas ellas marcadas para la próxima semana.
El TSE evaluará si en la campaña electoral conjunta de Rousseff y el entonces vicepresidente Michel Temer se infringió la ley y se cometió fraude en la contratación de servicios con el uso de dinero de origen ilícito.
La defensa de Temer pretende que el jefe de Estado sea juzgado separadamente de Rousseff para evitar ser que su mandato sea anulado en caso de condena.
El proceso comenzó a raíz de un pedido del entonces opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), perdedor en las elecciones presidenciales de octubre 2014, que, tras los comicios, solicitó la anulación del mandato de Rousseff y de Temer por irregularidades en la campaña.
Paradójicamente, el PSDB es actualmente aliado de Temer y cuenta con varios ministerios en el Ejecutivo.
El TSE aceptó la solicitud del PSDB y desde 2015 investiga la supuesta irregularidad en la campaña electoral. En ese marco, las autoridades escucharon las confesiones realizadas por exejecutivos de la constructora Odebrecht, acusada de corrupción, y del propio expresidente del grupo, Marcelo Odebrecht.
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Según documentos de la delación filtrados por la prensa, Odebrecht, condenado por corrupción, declaró a las autoridades electorales que el exmandatario brasileño Luiz Inacio Lula da Silva recaudó fondos para la campaña de su sucesora, Dilma Rousseff, quien «sabía» de los pagos irregulares realizados por la empresa a su candidatura electoral.
Odebrecht confirmó que discutió apoyo para las campañas del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) en 2014 con el propio Temer, quien entonces presidía esa formación, pero precisó que no trató de montos.
El resultado de las investigaciones y de las confesiones realizadas por los exejecutivos de Odebrecht fueron recogidas por el instructor del caso, el juez Herman Benjamin, quien entregó su informe al TSE para el inicio del juicio.