El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha acusado a las autoridades europeas de hipócritas y ha llamado a los países miembros del bloque comunitario «hijos de puta» después de que la Unión Europea instara a las autoridades filipinas a introducir la rehabilitación como principal medida en el marco de la lucha contra las drogas.
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«No entiendo a esos locos. ¿Por qué intentan imponernos su visión? ¿Por qué no se meten en sus propios asuntos?», afirmó el presidente durante un discurso televisado.
«Las autoridades europeas se han puesto en contacto con nosotros y pretenden que hallemos una solución saludable al consumo de drogas. Qué hijos de puta ¿Por qué nos tienen que joder, santo Dios?», añadió Duterte, conocido por su lenguaje soez, asegurando que el programa de rehabilitación europeo incluye la administración de drogas como la cocaína, la marihuana y la heroína.
Desde que el dirigente filipino accedió a la Presidencia hace nueve meses, miles de personas han muerto en las operaciones antidrogas llevadas a cabo por la Policía. El mandatario, que ha expresado su disconformidad durante una reunión con un empresario chino, ha asegurado que no necesita la ayuda de la Unión Europea, cuyos «idiotas» programas de rehabilitación resultan un fracaso por no evitar que los adictos roben, violen o cometan asesinatos.
Duterte, que asumió la presidencia a mediados de 2016, ha promovido una dura campaña para erradicar el tráfico de drogas que, según él, amenaza con convertir a su país en un narco-Estado.
Como si fuese poco, el jefe de Estado volvió a defender su política antidrogas y advirtió que «morirá más gente. Dije que no pararía. Continuaré hasta que muera el último capo de la droga de Filipinas y los traficantes estén fuera de las calles».
En su resolución del jueves, el Parlamento Europeo dijo estar «muy preocupado» por la intención de Duterte de restablecer la pena de muerte en Filipinas.