Este jueves en la noche Ecuador finalizó su proceso de campaña electoral y se prepara para las votaciones de este domingo, en las que los ciudadanos elegirán al gobernante que ha de suceder al actual presidente, Rafael Correa, quien dejará el poder en mayo.
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Con sendos actos multitudinarios en Guayaquil y Quito, el opositor Guillermo Lasso (centro derecha) y el oficialista Lenín Moreno (izquierda), respectivamente, pusieron fin al periodo proselitista, al que siguen, dos jornadas de reflexión o «silencio electoral» para que los ecuatorianos mediten su voto.
Finalizó así una campaña electoral compleja, que ambos candidatos han calificado de «sucia» y que se ha caracterizado por acusaciones de corrupción de ambos lados.
Las acusaciones
Por un lado, el oficialismo ha señalado a Lasso por tener bienes en paraísos fiscales y por haberse beneficiado supuestamente durante la crisis financiera de 1999, gracias a su condición de banquero, pero le acusa también de estar implicado en las decisiones que tomó en esa época el gobierno de Jamil Mahuad (1998-2000), del que fue ministro de Economía.
Mientras que el opositor ha hecho lo propio al acusar al Gobierno de estar presuntamente involucrado en los posibles actos corruptos por los que se investiga a la brasileña Odebrecht y a la estatal Petroecuador.
Pero Moreno y Lasso han rechazado en todo momento estas recíprocas acusaciones y, al margen de los ataques, se han centrado durante la campaña en insistir en sus promesas, algunas con postulados coincidentes, como la de luchar contra la corrupción, crear puestos de trabajo, eliminar salvaguardias arancelarias y establecer mejoras en la educación.
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Las promesas
En el acto final de campaña, el candidato oficialista ofreció diálogo con la oposición.
«Voy a gobernar con diálogo, sí, con tolerancia, sí, con respeto, sí, con acuerdos mínimos, sí, escuchando, entendiendo y hasta decodificando, pero también con firmeza (…) para corregir aquello que haya que corregir, pero sobre todo con la mirada puesta en el futuro», sostuvo Moreno en el acto de cierre en Quito.
Sobre su rival, al que se refirió como «el candidato de la banca», aseguró llevarle «un millón y medio de votos» de diferencia hoy y pidió a sus simpatizantes «llegar a los dos millones».
«Están desesperados porque saben que el pueblo les va a dar una paliza mayor que el 19 de febrero», añadió Lasso.
En la primera ronda electoral el pasado 19 de febrero Moreno aventajó a Lasso por más del 11 % de los sufragios, pero al no alcanzar el 40 % del total de las papeletas emitidas, se activó la necesidad de una segunda vuelta.