Según informaron fuentes policiales a la agencia Interfax, las fuerzas antidisturbios detuvieron a la mayoría de manifestantes en la Plaza Triumfálnaya y los trasladaron a furgones policiales.
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Las fuerzas del orden procedieron a practicar las detenciones tras advertir por megáfono que aquellos que alteraran el orden público o molestaran a otros transeúntes serían trasladados a comisaría.
Los detenidos son miembros de la organización llamada «Nueva Oposición», que incluye a grupos nacionalistas sin vinculación con la oposición extraparlamentaria y que había convocado esta semana la marcha sin permiso del Ayuntamiento moscovita.
También fueron detenidas varias personas en otras zonas de la capital rusa, mientras varios grupos de jóvenes también se han concentrado en las inmediaciones de la Plaza Roja.
En un intento de prevenir protestas no autorizadas como las celebradas el pasado domingo y que se saldaron con centenares de detenidos, la policía acordonó la plaza del Manezh, situada cerca del Kremlin.
Además, instalaron detectores de metales en la entrada de la Plaza Roja, donde los fines de semana se concentran cientos de turistas rusos y extranjeros.
La Fiscalía rusa ya advirtió el viernes de que tomaría medidas contra aquellos que tomaran parte en acciones no autorizadas, además de asegurar que no podría garantizar la seguridad de sus participantes.
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Además, ordenó bloquear webs y blogs con mensajes provocadores, mientras el Comité de Instrucción incoó un caso penal contra aquellos que llamaron esta semana en las redes sociales a manifestarse contra el Kremlin.
El presidente ruso, Vladímir Putin, criticó esta semana la multitudinaria protesta del 26 de marzo contra la corrupción y advirtió de que todo el que incumpla la ley «deberá responder de acuerdo al derecho ruso».
También señaló que precisamente marchas no autorizadas llevaron a «la Primavera Árabe» y al «golpe de Estado en Ucrania», como se considera en Rusia al cambio de poder en Kiev tras el derrocamiento del presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich.
El líder opositor ruso, Alexéi Navalni, fue condenado la pasada semana a 15 días de arresto tras organizar las mayores protestas antigubernamentales desde el retorno al Kremlin de Putin en mayo de 2012.
Decenas de miles de rusos respondieron en más de 80 ciudades del país a la llamada de Navalni a participar en una jornada de protestas contra la corrupción en la administración pública, con el punto de mira en el primer ministro, Dmitri Medvédev, al que el opositor acusa de enriquecerse con el cargo.
En Moscú la protesta, que no fue autorizada por el Ayuntamiento, terminó con Navalni y varios centenares de manifestantes detenidos, entre ellos muchos estudiantes.