La Policía Nacional del Perú detuvo en la madrugada de este sábado a un segundo sospechoso del asesinato del editor audiovisual José Yactayo, cuyo cuerpo descuartizado apareció quemado en una maleta hace cuarenta días en una zona desolada y aislada al norte de Lima.
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El segundo arrestado es el abogado Rodolfo Zurita, cuya captura se dio horas después de la detención de Wilfredo Zamora, de 26 años, quien confesó haber descuartizado el cadáver del periodista, según reveló la Policía a medios locales.
Ambos detenidos permanecen en los calabozos de la sede de la Dirección de Investigaciones Criminales (Dirincri) de la Policía mientras continúan las diligencias.
¿Que sucedió realmente con Yactayo?
En una declaración preliminar, Zamora declaró que el editor murió por un exceso de alcohol y drogas durante una reunión en su vivienda, y eso le llevó a cortar el cuerpo para ocultarlo.
Sin embargo, la Policía no da credibilidad a esa versión de la muerte del editor audiovisual por la violencia y ensañamiento ejercido a su cuerpo, cuya cabeza y algunos miembros se encuentran todavía en paradero desconocido.
El periodista, de 55 años, desapareció el domingo 26 de febrero, cuando se le vio salir de su vivienda de Lima, y parte de su cuerpo fueron encontrados dos días más tarde en una maleta calcinada, a 139 kilómetros al norte de la capital peruana.
Sin embargo, el cuerpo no pudo ser identificado hasta el jueves 2 de marzo, gracias a las huellas dactilares de su mano derecha, que se salvaron de las llamas, aparentemente por una lluvia nocturna y atípica que cayó en la zona y sofocó el fuego.
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¿Por qué es tan polémico este caso?
En medio de las investigaciones, se reveló que José Yactayo planeaba interponer una demanda judicial contra el presidente del Fondo Mivivienda, Jorge Niezen Sarmiento, quien le debía US$33.900, que de acuerdo a El Comercio, Niezen incumplió un contrato de alquiler de un departamento, propiedad de Yactayo.
Además, el popular periodista peruano Beto Ortiz, amigo cercano de Yactayo, señaló que su desaparición parecía «un juego siniestro», pues su celular era encendido y apagado en repetidas veces, e incluso respondían los mensajes por él, cuando supuestamente el periodista ya estaba muerto.
Según reveló la Policía a medios locales, el teléfono recorrió varios puntos de municipios cercanos al norte de Lima, desde la desaparición de Yactayo hasta días posteriores a su muerte, cuando el celular dejó de funcionar y se perdió su rastro.