El ministro de Relaciones Exteriores británico, Boris Johnson, anunció este sábado la anulación de su visita a Rusia, prevista el lunes, debido a la evolución de los hechos en Siria «que han cambiado fundamentalmente la situación».
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«Mi prioridad ahora es proseguir el contacto con Estados Unidos», afirmó en un comunicado en el que «lamenta la defensa continua al régimen (del presidente sirio Bashar al) Asad por parte de Rusia, incluso después del ataque con armas químicas contra civiles inocentes».
Johnson también pidió a Rusia que hiciera «todo lo posible por lograr una solución política en Siria y por trabajar con el resto de la comunidad internacional para garantizar que los estremecedores acontecimientos de la semana pasada jamás se repitan».
Estados Unidos lanzó el viernes 59 misiles de crucero contra la base aérea siria de Al Shayrat, en el norte del país, en represalia por un presunto ataque químico atribuido al régimen de Asad, que causó 86 muertos el martes en la localidad rebelde de Jan Sheikun.
El presidente ruso Vladimir Putin, cuyo país es el principal aliado de Asad junto con Irán, consideró los bombardeos estadounidenses como una «agresión contra un Estado soberano».
Su primer ministro, Dimitri Medvedev, consideró por su parte que las acciones de Washington estaban en «total contradicción con el derecho internacional» y «al límite de la confrontación militar con Rusia».
Londres anunció el viernes que apoyaba «plenamente la acción de Estados Unidos» en Siria.