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Las relaciones entre Estados Unidos, Rusia y Siria continúan tensándose días después del ataque de Washington a una base militar del gobierno de Bashar al-Asar. El secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, atribuyó ayer el bombardeo químico de la semana pasada en la zona rebelde de Idleb al «fallo» de Rusia a la hora de garantizar la destrucción del arsenal químico sirio y de controlar al líder sirio. “El resultado de el fallo (ruso) ha llevado a la muerte de más niños e inocentes», aseguró Tillerson en una entrevista con el medio CBS.
Mientras que desde el Kremlin consideran que el ataque químico, en el que murieron más de 80 personas, era la excusa que andaba buscando Washington para bombardear Siria, algo a lo que nunca se atrevió el anterior presidente estadounidense, Barack Obama.
Respecto a esta tensa situación que mantiene alerta a gran parte del mundo, el director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae, Alberto Rojas, “lo que hemos visto es una comunidad internacional entrampada en sus propias diferencias, hay muchos intereses de por medio. Tienes a Rusia apoyando abiertamente al régimen sirio, ya sea desplegando tropas o enviando armamento militar, supuestamente en apoyo al combate del Estado Islámico, pero también hemos visto a Rusia bombardear a zonas donde se ubican rebeldes no yihadistas”.
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La posición de Rusia
“La relación entre Siria y Rusia data desde comienzo de los setenta cuando el padre de Bashar al-Asad toma el poder. Desde ese entonces las relaciones políticas y económicas han sido fuertes, sobre todo porque el gobierno sirio le otorgó al Kremlin acceso a una base naval en el puerto de Tartús, que tiene acceso al Mediterráneo, donde Rusia se puede suministrar de alimentos y diversos artículos. Razón por la cual el Gobierno de Putin apoya fehacientemente al régimen de al-Asad”, explica el especialista en análisis internacional.
Además, explica Rojas, “con esto Rusia quiere demostrar que sí apoya a sus aliados y que sí es una potencia, a contrario de lo que hace Estados Unidos”.
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La posición de Estados Unidos
Mientras que respecto la posición de Estados Unidos, el analista considera que si bien en el país norteamericano los ciudadanos “están agotados con la experiencia de la guerra contra el terrorismo que duró 10 años, cansados que sus impuestos vayan a la guerra y que sus hijos fuesen al frente de batalla. Hasta este momento los mismos partidarios de Trump permiten este bombardeo porque fue con dispositivos a distancia, pero la idea de involucrarse en una guerra, es algo que sería un “suicidio político” para el republicano”.
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-Ataque químico de 2013
Sin embargo, hay un hecho que no se puede obviar. En agosto de 2013 se produjo el primer gran episodio de armas químicas en Guta, una especie de suburbio de Damasco, donde murieron aproximadamente unas 1.400 personas, y, tal como explica Rojas, lo que “ahí vimos fue un Barack Obama indignado, diciendo que Siria había traspasado la línea roja que el gobierno estadounidense había definido y que era precisamente el uso de armas químicas”.
“En ese entonces, Obama comenzó a trabajar en un frente internacional militar que pudiese actuar en contra del régimen de Bashar al-Asad y en ese momento, lo que hizo Rusia fue neutralizar esa posibilidad que Estados Unidos interveniese comprometiendo al gobierno sirio de la entrega de las armas químicas que tenía y efectivamente en meses posteriores se entregó el arsenal químico bajo supervisión de la ONU y eso fue lo que presionó a Estados Unidos a iniciar una operación militar a gran escala junto a sus aliados”, precisa el especialista.
Para Rojas, «hoy sería recomendable que la ONU también tuviese un acceso libre para confirmar que el uso de armas químicas en Siria viene desde el oficialismo y no desde la oposición. Porque hemos visto que el régimen de Bashar al-Asad ha dicho que las armas químicas no las utilizan ellos sino que la utilizan los rebeldes. Lo que ahora tenemos son las imágenes de niños muertos, personas con convulsiones. En ese sentido, lo que hemos visto es un nuevo punto de inflexión de la guerra en Siria».
“Este año la guerra civil en Siria cumplió seis años, en los que se ha visto más de 320 mil muertos, 11 millones de desplazados y una oleada de refugiados que ha golpeado las puertas de Europa, que se ha ahogado en el Mar Mediterráneo”, sentencia Rojas, quien recuerda que solo hay una certeza respecto a este tema: que hoy quienes mueren y sufren son los civiles, no las superpotencias.