Las drogas causan estragos en las personas y cada vez hay más preocupación en el mundo por el creciente consumo. Sin embargo en Australia están también preocupados por la necesidad de rehabilitar a unos inesperados adictos, los animales.
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Esa es la labor del Complejo Correccional John Morony, hasta donde llegan pitones, zarigüeyas, emúes, tortugas, murciélagos, cacatúas adictas a las drogas, tras ser decomisadas por la policía.
La historia más llamativa y que transformó en viral el trabajo del recinto fue la de una pitón adicta a la metanfetamina que se encuentra en tratamiento.
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¿Pero cómo un animal adquiere una adicción como esta? Según los cuidadores del complejo, en su mayoría las especies se encuentran en los laboratorios clandestinos donde se procesan las drogas.
En el caso de la pitón, el reptil se hizo adicta a las metanfetaminas a través de su piel. El animal que tenía un comportamiento errático y agresivo, se encontró en un lugar donde se procesaba la droga y se desplazaba constantemente sobre ella.
Los encargados en la rehabilitación de los animales, reciben el apoyo de los internos del recinto penal, a cambio de beneficios carcelarios.
Una vez que los animales cumplen con su periodo de tratamiento, son enviados a organizaciones animalistas o entregados a nuevos dueños, que cuenten con las licencias adecuadas para su cuidado.